Sasuke,
Naruto, Kiba y el resto del equipo estaban descansando un poco en su
entrenamiento, la mayoría miraba curioso al interior del gimnasio
donde las nuevas animadoras ensayaban y perfeccionaban su reciente e
improvisada coreografía.
—Vale,
chicas —dijo Ino—. Lo estamos haciendo muy bien, vamos a
descansar un poquito.
Algunas
de ellas, como Akane y Jisei se dejaron caer sentadas al suelo.
—Estas
chicas se lo están tomando muy en serio —Se quejó Akane
refiriéndose a Sakura y a Ino y al entrenamiento al que las
sometían.
—La
culpa es tuya por ocurrírsete esta idea —gruñó Jisei.
—Pero
hay que reconocer que son buenas.
—Y
yo tonta por seguirte el juego.
—Venga,
si nos vamos a divertir.
—Hay
que ver la de tonterías que hacéis algunas por llamar la atención
de un chico guapo.
—¿Insinúas
que lo hago por llamar la atención de alguien?
—Mira,
ahí lo tienes, mirándote como un idiota —Señaló con la cabeza
hacia la entrada del gimnasio, donde estaba Sasuke.
—No
me mira a mí.
—Ah,
no, espera, que creo que me está mirando a mí.
—Pues
podría ¿Quién te dice que no?
—Viene
hacia aquí, ahora veremos con quien quiere hablar.
Efectivamente
Sasuke se acercó a ellas.
—Veo
que estáis trabajando duro —dijo al llegar.
—Sakura
es muy buena ¿verdad? —habló Akane.
Esto
a Sasuke le resultó chocante, acababa de darse cuenta de que siempre
que podía Akane se apresuraba a mencionar a Sakura, era como si
quisiera alejar la atención de ella misma, como si se empeñara en
centrarla en Sakura.
—¿Puedo
comentarte una cosa? Es algo personal.
—Claro
—Akane se levantó pesadamente—. Pero no te acerques mucho a mí,
he sudado bastante y seguro que huelo.
Sasuke
sonrió, sonrisa que no pasó desapercibida para los ojos de Jisei.
—Cuando
estuviste reclutando chicas para animadoras no preguntaste a los de
2-1.
—No
puedo acercarme a ellos, pero pusimos carteles, deberían haberse
enterado.
—No,
si sí se han enterado.
—Pues
entonces ya está.
—Karin
querría formar parte de las animadoras.
—¿Tú
amiga?
—Me
ha comentado que le gustaría pero teme que como sois vosotras, las
de 2-2 las que lo habéis organizado, cree que la discriminareis.
—No
sé, es de 2-1, teóricamente no debería ni acercarse.
—¿Y
si te lo pido yo? Ella no tiene nada que ver con esa gente, es buena
chica.
—Si
me lo pide en capitán —sonrió con malicia—… pues le diría
que fuera a hablar con la capitanía de las animadoras, es ella quien
tiene la última palabra.
—¿No
eres tú?
—No,
es Sakura. Vale que yo lo he organizado todo pero ahí acaba mi
trabajo, ahora se ocupa ella. A mi no me importaría que Karin
participase siempre que tu me asegurases que no va a dar problemas,
pero la decisión es de ella.
—¿Por
qué sonríes así?
—Por
nada. Veo que te interesas por las fresas
¿eh?
—Me
estoy dando cuenta de que eres muy mala.
—¿Y
que vas a escoger entre cerezas
y
fresas?
—¿Sabes
que si me miras así me entran ganas de comerme una mandarina?
—Lo
que tu digas —Akane volvió a sonreír y en ese instante fue cuando
Sasuke descubrió que era precisamente esa sonrisa la que le
descuadraba su ordenado pensamiento.
A
Sakura la idea no le hizo gracia, pero no porque fuera de 2-1, si no
porque era la amiga de su Sasuke, muy amiga, y eso le producía
muchos celos. Claro que si Sasuke se lo pedía no era capaz de
negarse.
—Que
venga mañana —Asintió a regañadientes—. Pero como se pase un
pelo la expulso.
—Gracias,
Sakura, no habrá problemas, ya lo verás.
…
El
día siguiente fue también un día aburrido para Shikamaru, aún mas
molesto que el día anterior. Ya no tenía fiebre pero su madre no le
permitió acudir al instituto, prefería aprovechar esa circunstancia
para obligarlo a ayudar en innumerables quehaceres. Por alguna de
esas razones "lógicas" para su madre, ésta había
decidido que ese era el día adecuado para hacer limpieza general.
Cuando
llegó la tarde Shikamaru recibió la visita de Neji trayéndole los
deberes. El chico hablaba poco y su relación no era mala pero había
que reconocer que algunos momentos se ponía un poco tirante, debía
ser, pensaba Shikamaru, por el hecho de que Neji se sentía atraído
por Temari y eran muchos los rumores que sobre ellos corrían por el
instituto. Las relaciones sociales eran muy complicadas y el hecho de
que ella e Ino se pasasen el día discutiendo acerca de Shikamaru no
ayudaba demasiado a aclarar las cosas, pero bueno, Neji era un chico
sumamente formal que nunca se dejaba llevar por sus emociones.
Era
martes, eso significaba que habría ensayo, por lo tanto, de tener
alguna otra visita, sería una vez acabado éste.
Efectivamente,
más o menos cuando Shikamaru calculó, apareció una nueva visita.
Atropelladamente entraron Naruto, Kiba y Lee, seguidos por Shino,
Tenten, Jisei y Sumire que, por fin, venía sin su pié vendado.
No,
Akane tampoco había venido.
Como
hacía muy buen tiempo, salieron al jardín y todos comenzaron a
ponerle al día sobre lo que había pasado.
Shikamaru
no escuchaba. Naruto gritaba mucho, Lee ponía poses dramáticas,
Kiba no paraba quieto, las chicas hablaban y hablaban y reían pero
él no escuchaba nada.
—¿No
va a venir Akane? —dijo por fin casi con un hilo de voz.
—Sasuke
la ha secuestrado —respondió Naruto con un tono de voz
extrañamente tranquilo para él—. La ha llevado a hablar con
Tsunade.
—Creo
que era por algo de las animadoras —añadió Sumire—. ¿Ya sabes
que Akane ha formado un grupito para dar ánimos a nuestro equipo? Yo
también quería apuntarme pero no me han dejado, dicen que es pronto
para mi pie ¡Mira! ¿No ves que ya no tengo muletas?
—Es
verdad —contestó Shikamaru de forma automática y sin ninguna
emoción—. Ya me había dado cuenta, será un alivio.
—Además,
Sumire —intervino Tenten—, tú tienes que hacer las fotos.
—Bueno,
animaré a mi manera.
—¡Ganaremos,
ganaremos, ganaremos! —gritó Naruto.
—¡Bien
dicho! ¡Les vamos a dar hasta en el carnet! —exclamaba Kiba
—¡Nuestro
espíritu no desfallecerá porque tenemos el poder de la juventud!
—Terminó de sentenciar Lee ante la mirada asombrada del resto.
—Vaya
show estáis montando —concluyó Jisei.
Y
siguieron hablando del partido, de la emoción que tenían, de las
animadoras, de lo excitados que se encontraban... pero Shikamaru no
escuchaba nada, ahora aún escuchaba menos "Seré
estúpido"
se decía "¿Se
puede ser mas tonto? Como si no la conociera ¿Por qué huye de mí
de esta manera? Así que a hablar con Tsunade... si, claro, por la
tarde, para hablar de las animadoras... ya. Aunque Akane tuviera que
pedir permiso para tener un lugar donde ensayar ¿lo haría por la
tarde? ¿No lo habló ayer? ¿Y tenía que ir Sasuke con ella? A lo
mejor, como es el capitán del equipo tiene que dar su visto bueno a
las animadoras... y yo voy y me lo creo".
Miró
al cielo suspirando, vale, todo volvía a la normalidad, bostezó,
Naruto hablaba de que Sakura era la capitana de las animadoras y que
Ino había escogido unos uniformes muy sexys. Ahora la conversación
se centraba en lo que habían hecho durante el ensayo, como Shikamaru
no había ido estuvieron practicando la expresión corporal porque
Akane no quería hacer nada importante sin él.
"Mira
que detalle"
pensó con ironía.
…
Shikamaru
sentía la mirada de Shino sin apartarse de él, no Le veía los ojos
pero era evidente que le miraba, quizás Akane le había contado lo
que ocurrió entre ellos, también de vez cuando Jisei parecía
querer penetrar en su mente. Estaba claro que esos dos sabían algo,
bueno, a ver si así él se enteraba.
Así
estuvieron hasta que los invitados dijeron que tenían que marcharse.
Todos se levantaron, salvo Shino.
—Quiero
hablar con Shikamaru —explicó cuando le preguntaron si no se iba
con ellos—. Tengo un mensaje de Akane pare él, algo de la obra.
—Si
quieres me quedo a acompañarte —dijo Jisei.
—No
hace falta, va a ser solo un momento.
Antes
de marcharse, Jisei agarró la mano de Shikamaru apretándosela.
—Mañana
hablamos ¿vale?
Shikamaru
se quedó algo perplejo aunque debería estar acostumbrado a las
cosas de Jisei, seguramente había visto alguna "perturbación
en su aura" o algo así. Después de acompañarles a la salida
volvió y se sentó al lado de Shino.
—Bueno,
dime.
—Te
voy a decir esto porque considero que te preocupan tus amigos, al fin
y al cabo creo que terminarás por enterarte.
—¿Sasuke
y Akane están saliendo?
Shino
le miró extrañado.
—¿Eso
crees?
—O
eso o tiene una enfermedad terrible, tú y Jisei estáis de lo más
sospechoso.
—Ayer
en el buzón de sugerencias del periódico Akane recibió una nota.
—¿Algún
admirador?
—Yo
diría que no. Por lo visto no es la primera que recibe, al principio
eran notas escuetas en las que le decían algo así como "os la
vamos a quitar". Ayer fue una nota, algo mas larga y
desagradable.
Shino
observó como la cara de Shikamaru iba tensándose por momentos.
—¿Alguien
la está acosando? —habló Shikamaru con la mandíbula apretada.
—Creo
que no es a ella. Diría que, a quienes sean, les interesa otra
persona y utiliza a Akane porque es fácil mandar notas a el
periódico. Esta mañana Sasuke y Akane tenían turno de limpieza,
cuando llegaron encontraron en la taquilla de Akane una foto de
Hinata.
La
cara de Shikamaru ya no podía crisparse más. Se levantó.
—Ahora
vuelvo.
Se
levantó en silencio y se marchó. Al rato volvió con un paquete de
cigarros y un cenicero. Se sentó, encendió un cigarrillo y aspiró
fuertemente.
—¿Crees
que es sano que hagas eso? —comentó Shino.
—Por
eso esta tarde Sasuke ha llevado a Akane a hablar con la directora
—parecía reflexionar Shikamaru sin escuchar a su compañero.
Hubo
un silencio incómodo.
—Y
ni idea de quien puede ser ¿no?
—Si.
Seguro que son de 2-1, no se quienes, si el grupo de Kabuto o el de
Pain, pero me apuesto el cuello a que son ellos que nos quieren
provocar.
—¿Lo
sabe Naruto?
—No,
no nos hemos atrevido a decírselo, ya sabes como es, se puede poner
muy nervioso.
—Le
puede dar algo si sabe que alguien anda con fotos de Hinata.
—No
es para menos.
—Pero
debería saberlo.
—Hemos
pensado que tú eres el mejor para decírselo.
—¿Crees
que van detrás de Hinata?
—Lo
que creo es que Hinata es una de las más vulnerables de toda la
clase, no se meten con Temari, no.
—Es
alguien de 2-1, seguro, quieren provocarnos, nos atacan amenazando a
quien saben que más vamos a proteger.
—Nos
quieren poner nerviosos.
—Si
le hacen algo a Hinata no podremos controlar a Naruto y tampoco
querremos hacerlo pero es que además ¿Te imaginas la reacción de
Neji o Gaara?
—Sin
contar con Kiba o Temari… son muy listos, metiéndose con Hinata se
garantizan que al menos la mitad de la clase reaccionará y no muy
pacíficamente. Pasará como el año pasado, al final nosotros
quedaremos como unos violentos.
—¿Quién
sabe esto?
—Sasuke
estaba con Akane y menos mal, si no hubiera estado a saber la que
organiza Akane, no está de muy buen humor de un tiempo a esta parte
y ya sabes como es cuando está de malas y le tocan las narices.
—Ahora
que lo dices ¿Qué le pasa? Y no me digas que nada, se que le pasa
algo.
—¿A
ti no te ha dicho nada?
—Ya
sabes que a mi no me quiere decir nada.
—¿Y
no sospechas que es lo que le pasa?
—Creo
que el otro día hice algo que le molestó, pero no se el qué, es
que tengo como “lagunas”, no se, mis recuerdos están borrosos.
—No
creo que eso tenga que preocuparte.
—Es
que no estoy seguro pero creo que le dije que la quería.
Shino
sonrió sutilmente.
—Akane
dice que tuviste mucha fiebre y que deliraste pero no es eso lo que
la tiene molesta, quédate tranquilo que aunque la agobiante un
poco no te propasaste.
—¿La
agobié?
—Según
Chouji te pegaste a ella como una lapa y no había forma de separate.
—Mendokusei…
Shino
se levantó.
—No
está enfadada contigo por eso. Akane está pasando un mal momento,
sus padres quieren que deje el instituto.
—¿Cómo
es eso? ¿A mitad de curso?
—No
se decirte, quizás la dejen terminar el curso aunque Akane dice que
si no va a poder terminar bachillerato pues casi que le da igual
dejarlo ya.
—Pero
eso no puede ser ¿Qué razón hay para que quieran que deje el
instituto?
—El
dinero. La madre de Akane exige a su padre la mitad de la manutención
de sus hijos.
—Pero
la madre se volvió a casar.
—Si
pero es el acuerdo que firmaron o algo así. El caso es que el padre
tiene otros dos hijos y, como has comentado, la madre se volvió a
casar, así que pidió una revisión de la sentencia y los jueces han
dicho que como Akane es mayor puede dejar de pagar esa parte.
—Entiendo.
O sea que la madre ha protestado y ha dicho que se vaya con su padre.
—Más
o menos, hay otras cosas pero se puede resumir en eso. En fin, que te
lo cuente ella, yo me marcho. No fumes más y piensa en lo de Hinata.
—Te
acompaño y gracias por decírmelo, me refiero a todo.
Nada
más cerrar la puerta tras Shino, Shikamaru se encontró a su madre
frente a él.
—Voy
a salir ¿Te pasa algo? No tienes buena cara —dijo tocándole la
frente—, pero no parece que tengas fiebre.
—No
me encuentro bien, me duele la cabeza.
—Tómate
una pastilla y no salgas más al jardín, a ver si vas a empeorar.
—Sólo
es un simple dolor de cabeza, no te preocupes. Voy a tumbarme un rato
y se me pasa.
Antes
de subir a su habitación Shikamaru retiró las “pruebas” de que
había estado fumando, solo faltaba que su madre se diese cuenta y
tener que aguantar una de sus interminables charlas.
Shikamaru
no tenía dolor de cabeza pero no había mentido en lo de que no se
encontraba bien. Tenía un gran desasosiego interior, algo que no
podía definir bien, entre nervios, desilusión y preocupación.
Ahora
parece que comprendía un poco las reacciones de Akane, quizás no
estaba enfadada con él, quizás lo único que le pasaba es que
estaba demasiado preocupada por su situación personal.
Si
tan sólo ella se lo hubiese contado… él podría haberla escuchado
y a lo mejor animarla o… lo que fuera…
¿Cómo
podría ayudarla?
Aunque
luego estaba el tema de lo de Hinata, que también era preocupante y
debería hablar con Naruto.
Pero
¿cómo podría ayudar a Akane?
Tendría
que hablar con ella y que le confirmase su situación pero claro,
ella no querrá hablar con él porque es una cabezota y una rencorosa
y además nunca quiere escucharle, eso es lo que le pasa, que no
quiso escucharle el domingo y por eso se enfadó, porque no le deja
nunca explicarse.
Ella
era una tozuda y él era tonto. Tonto por no darse cuenta de nada,
tonto por hablar de más, que problemático era todo.
Problemático
como eso de decirle “te quiero” ¿Por qué tuvo que decírselo?
Parece que la fiebre le daba “verborrea”.
“…
No
lo estaban pasando demasiado mal. Tras la discusión Akane parecía
haberse tranquilizado. Sentado a su lado, Shikamaru la miraba
continuamente, la notaba algo distraída aunque pensó que era
aburrimiento por pasar la tarde del sábado en casa de un enfermo al
que no soportaba.
Shikamaru
se arropó con la manta, cada vez se encontraba peor.
—Tienes
una pinta horrible —comentó Akane mirándole con preocupación.
—Mendokusei…
—¿Te
tomaste algo para la fiebre?
—Se
me olvidó.
—No
te muevas, dime donde está, yo te lo traigo.
No
iba a discutir con ella, ya sabía como era, ella lo tenía que hacer
todo.
—Mira
en el servicio, en un armario blanco, abajo, hay una caja blanca, es
el botiquín, las pastillas están allí.
—Vale,
tú quédate aquí, yo te las traigo, espera, abre la boca, abre…
más… ¡uy que anginas se te están poniendo!
—No
seas exagerada.
Shikamaru
sentía cada vez más frío, era un frío que nacía desde el
interior y le obligaba a tiritar de manera incontrolada, además le
dolía cada vez más la garganta. Akane regresó con dos cajas de
medicinas y el termómetro.
—Toma,
ponte el termómetro ¿Cuál de estas has tomado?
—No,
ninguna, era una de esas para los resfriados.
—Entonces
tenía lo mismo que esta. Bien, pues te doy la otra. Tienes que
alternar las dos ¿sabes?, te las tienes que tomar cada 6 horas y si
tienes mucha fiebre cada 4 ¿me estás escuchando? Voy a por un vaso
de agua, de todas formas debes ir la médico, esa garganta necesita
antibiótico.
—Y
luego dirá que no le gusta organizarlo todo —dijo mientras la veía
marcharse.
Akane
miraba el termómetro torciendo la boca.
—Te
está subiendo mucho la fiebre, es lo que tienen las anginas ¿te
duele la garganta, verdad? —Le tocó el cuello palpándole la
garganta—. De veras que eres un inconsciente, Sumire me dijo que
volviste a salir sin cambiarte, no se para que quieres tanto cerebro,
muy inteligente para unas cosas y hay que ver que tonto para otras.
—Mendokusei,
no puedo ni discutir contigo, creo que estoy agonizando —Cerró los
ojos y echó las cabeza hacia atrás, de repente cada vez sentía más
calor y se encontraba más mareado.
—Shikamaru,
estoy preocupada por tu fiebre, deberías refrescarte un poco. Voy a
ver si encuentro una palancana y unos paños o algo, ahora vuelvo.
Después
de rebuscar por los armarios del servicio encontró un barreño
chiquitito y unas toallas pequeñas.
—Menos
mal que tu madre es súper ordenada, en mi casa sería imposible que
una extraña encontrase algo sin sufrir un accidente —Pasó su mano
por la frente de Shikamaru que no se movió, parecía haberse
dormido—. ¡Madre mía! ¡Madre mía! Shika, Shika, despierta,
venga vamos, que nos vamos a la cama.
—¿Qué
pasa? —Se quejó lastimosamente.
—Venga,
vamos levántate, venga yo te ayudo.
—¿Qué
haces? —dijo al notar que tiraba de él.
—Venga,
levántate.
Shikamaru
abrió los ojos.
—¿Qué
quieres?
—Que
te levantes, te advierto que soy muy bruta y o te levantas y vamos a
tu cama o a empujones te meto en la bañera, tu decides pero esta
fiebre hay que bajarla.
—Está
bien, menuda lata —dijo levantándose y tratando de mantener la
posición horizontal—. ¿Tanta fiebre tengo?
—Mucha,
pero no te preocupes que Akane está aquí. Venga, apóyate en mí.
Cuando
llegaron a la habitación de Shikamaru, no sin bastante esfuerzo,
Akane retiró el edredón y él se dejó caer en la cama, aquella
fiebre era la suficientemente molesta como para que no se plantease
discutir nada. La chica le subió las piernas.
—Shikamaru,
atiéndeme, presta atención a lo que te voy a decir: me voy a
preparar el agua pero cuando vuelva espero verte con la menor ropa
posible, si te vas a poner un pijama que sea de verano, hazme caso o
te lo quitaré, te juro que lo haré.
—¿Me
vas a desnudar?
—Puedes
apostar a que si, no será la primera vez que vea unos calzoncillos,
ciervito.
Cuando
regresó Shikamaru ya estaba acostado y arropado.
—No
te arropes tanto, tenemos que bajar esa fiebre.
—Has
tardado mucho.
—He
llamado a Chouji, ha dicho que su madre avisará al médico.
—Mendokusei,
estáis exagerando.
—Tus
anginas no opinan lo mismo —Akane mojó una de las toallas en el
agua, la escurrió y la colocó en su frente—. Alivia ¿verdad? Tú
relájate y déjame a mí, soy experta en bajar la fiebre. Si quieres
puedes dormirte.
Shikamaru
no podía discutir, reconocía que se encontraba fatal, no recordaba
sentirse tan mal en mucho tiempo. Akane mojó otra toalla y se la
pasó por la cara, el cuello y los brazos. Shikamaru entreabría los
ojos y la miraba, verla allí, ocupándose de él, con aquel gesto de
preocupación, dedicándole atenciones era muy agradable; la miró
con atención, poniendo todos los sentidos en captar cada movimiento,
en grabarla mentalmente para poder recordarla así.
Proceso
terminado, cerró los ojos.
—Esto
te refrescará —decía Akane con un extraño tono suave y maternal.
—Oye
—habló con voz afónica.
—¿Si?
—Cuando
venga Chouji te marchas.
—No,
no voy a marcharme.
—Se
te va a hacer tarde.
—Ya
he hablado con Ryuko, ella y Jisei se van a quedar con Kenta, yo me
quedaré aquí, ayudando a Chouji.
—No
seas tan problemática.
—No
lo hago por ti, lo hago por Chouji, no quiero que pase la noche él
solo cuidando a un enfermo.
—Te
quiero —No sabía porqué lo había dicho, las palabras salieron
solas de su garganta y casi se asustó de oírse.
—Vale
—respondió Akane con toda tranquilidad mientras intentaba
refrescarle y conseguir que su temperatura bajase. Tenía mucha
fiebre, más de la que Akane consideraba "normal" en una
enfermedad, seguramente tanta fiebre estaba empezando a hacerle
delirar.
—Te
quiero —repitió
—Claro
—Estaba más preocupada por la temperatura que por lo que decía,
lo mejor hubiera sido que se bañase pero a ver como lo metía en la
ducha.
—Mucho.
Akane
estaba acostumbrada a bajar la fiebre de sus hermanos, así que sabía
muy bien donde debía insistir más, como en las articulaciones, por
eso subió los pantalones el pijama del chico y también refrescó
sus piernas.
—Te
quiero mucho.
—Lo
sé —contestó automáticamente, como quien responde sin haber
escuchado lo que le decían.
—Te
quiero.
—Que
sí.
—Te
quiero más que a nadie en el mundo.
—Gracias.
Toma, ponte el termómetro otra vez.
—Akane…
—¿Qué?
Esta
vez no contestó, el sueño y la fiebre le habían rendido, Akane
suspiró.
—¿En
quien andarías pensando?
…”
No.
Seguro que Akane no estaba molesta por eso, seguro que pensó que era
por la fiebre y porque se sentía agradecido.
Agradecido…
¡Eso
era! Ahora lo recordaba y ya sabía porqué.
Akane
había pasado allí toda la noche, bajó su fiebre, habló con el
médico y se ocupó de darle la medicina. Sabía, por Chouji, que
pasó casi toda la noche despierta y que al día siguiente no quiso
volver a su casa por lo menos hasta volver a hablar con él médico.
Después
se quedó dormida en el sofá, estaba muy cansada y Chouji llamó a
Ryuko para ver si ella y Jisei podían seguir ocupándose de su
hermano. Cuando se despertó ayudó a Chouji a preparar la comida e
intentó que Shikamaru comiese algo que vomitó a los pocos minutos.
Mientras
Chouji acompañaba a Shikamaru al baño para asearse, Akane aire la
habitación y cambió las sábanas.
Shikamaru
había olvidado darle las gracias, quizás era todo lo que Akane
necesitaba oír, un simple y sincero “gracias”.
“…
Shikamaru
se encontraba bastante mareado, tenía la sensación de que tumbado
el mareo era aún mayor, así que decidió levantarse, tenía calor,
se acercó a la ventana y la abrió. Entraba un aire fresco que le
hacía sentirse mejor. En esos momentos Chouji y Akane estaban
comiendo, desde luego que cabezota era esa muchacha ¿por qué tenía
que quedarse? Nunca entendería a las mujeres, les encanta hacer de
madres, era algo angustioso, aunque reconocía que le gustaba
sentirse cuidado por ella. Pero se sentía mal, pensar que por su
culpa ella había pasado mala noche Le incomodaba.
Se
acercó a su escritorio, abrió un cajón y sacó un paquete de
cigarrillos. Mientras se encendía uno volvió a la ventana-
—¿Qué
haces fumando? —La voz de Akane firme e irritada le sorprendió.
—Solo
es un pitillo.
—¿Eres
tonto o qué? ¿No ves como estás?
Akane
le quitó el cigarro y lo apagó en el alfeizar de la ventana.
—¿Sabes
que eres muy molesta?
…”
No
fue una frase dicha con mala intención, solo fue una frase como las
que tantas veces decía Shikamaru pero a Akane esas palabras se le
clavaron en el alma. Sería porque estaba cansada o porque llevaba un
rato pensando que estaba haciendo el ridículo quedándose allí, el
caso es que le dolieron, le dolieron como hacía mucho tiempo no le
dolía un menosprecio. Estaba claro que por lo que fuese, se
encontraba muy sensible.
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