La tarde anterior, después de la primera "sesión", por llamarla de alguna manera, para empezar prepararse para la función, Shikamaru y Chouji emprendieron el camino de vuelta con Jisei, Ryuko y Akane, como era habitual. Las chicas decidieron haber una parada para ir a una cafetería ya que a Akane le sucedía "algo" no muy determinado y necesitaba ir con bastante urgencia a un baño, algo que le venía muy bien a Chouji para aprovechar y comer.
Akane y Ryuko se dirigieron al aseo mientras Shikamaru las miraba y sacaba un cigarrillo.
—¿Ya vas a fumar? —preguntó Chouji.
—Solo es un cigarro. No he fumado en todo el día.
—Te noto muy estresado, Shika —comentó Jisei—. ¿Te molesta la sanción?
—Me molesta mucho, es una verdadera lata.
—¿Te molesta mas que la cita de Akane con Sasuke?
—Mendokusei ¿A que viene esto?
—No, es algo que me parecía.
—A mi me da igual con quien salga el Uchiha, ya ves tú.
—Si, vale —habló Chouji—, pero yo te he visto.
— ¿Qué has visto?
—Lo que hiciste el otro día en la biblioteca.
—Supongo, no era un secreto.
—¿Ah, no?
—Hombre, no es habitual en mí, pero sabes que cuando no hay más remedio, se hace.
—Ya —Chouji guardó un silencio calculado—. Pero está prohibido hacer ciertas cosas en el instituto.
—¿Qué está prohibido hacer en el instituto?
—Ya sabes, cosas indecentes.
—¿Indecentes? —Shikamaru no daba crédito a lo que oía ¿De qué hablaba Chouji?
—No lo niegues, que te he vi.
—A ver, Chouji ¿Qué demonios viste?
—Como le tirabas los tejos a Akane.
—¿Qué yo le tiraba qué?
—Y como la manoseabas.
—¿Qué yo qué? — Shikamaru subió el tono de voz.
—Esto se está poniendo interesante —comentó Jisei..
—¿Qué dices que he manoseado?
—A Akane.
—Ahí te has pasado —intervino Jisei—, si hubiese toqueteado a Akane tendría un ojo morado o algo así.
—Pues yo vi cómo le acariciaba la cabeza, así, muy suavemente.
—Lo único que le toqué fue el chichón.
—Ya, por el chichón se empieza y se termina como se termina.
—Anda y pide lo que vayas a pedir, la falta de comida te afecta mucho.
—Y a ti que Akane salga con Sasuke.
—No se por qué dices eso.
—Porque es tu amiga y debería afectarte, a mí me afecta.
—¿No quieres que Akane salga con Sasuke, Chouji? —preguntó Jisei.
—Es mi amiga y me preocupa.
—Eres igualito que Ryuko, no os entiendo a ninguno. No sé si os habéis dado cuenta pero solo es un chico interesado por una chica, como él hay millones.
—¿No piensas que Akane puede ilusionarse y que la llegue a hacer daño?
—No sería el primero... Si empezamos con prejuicios creo que la humanidad se extinguiría, nadie se emparejaría con nadie.
—A lo mejor Ryuko tiene miedo de que le quite a su amiga —dijo Shikamaru dando una larga calada al cigarro.
—Podría ser. Ryuko es muy fantasiosa y algo exagerada.
—Más o menos como tú, Chouji.
—Oye, Chouji, se me está ocurriendo una cosa ¿Por qué no le propones a Ryuko espiar a la parejita el domingo?
—¿Cómo?
—Sí, seguirlos a ver qué hacen. Ryuko quiere que vayamos nosotras, así, en plan espía, pero con Sumire y sus muletas creo que va a ser difícil, además a mí no me apetece para nada pero podríais ir vosotros ¿no? Podías hacer que estáis dando una vuelta y haceros los encontradizos.
—Menuda idea tan retorcida —comentó Shikamaru.
—No sé, Chouji, tú piénsalo, Ryuko se quedaría tranquila si ve que Sasuke no se come a Akane, pero ahora disimula, vienen por ahí y creo que a Akane no le haría mucha gracia.
Ryuko y Akane regresaron.
—¿De qué habláis? —preguntó Akane.
—De que a Chouji la falta de alimento le afecta bastante —contestó Jisei.
—Y creo que a ti también —añadió Shikamaru apagando el cigarro en el cenicero—. – Hoy te has puesto muy mona, Akane— ¿Es que querías atrapar a alguien?
—Desde luego a ti no, descansa tranquilo que tú, precisamente tú, no corres peligro.
—Habrá que avisar al Uchiha para se ande con ojo.
—Más te valdría preocuparte por ti y por tus "novias" —gruñó Akane.
—Ahg! ¡Mujeres! No se puede vivir con ellas y no encuentro una razón lógica para querer hacerlo.
—¿Has fumado aquí dentro, vicioso? ¿Sabes que está prohibido?
—Solo era un cigarrillo, además ¿a ti que más te da? La multa será para mí y los pulmones son míos.
—¡Pero contaminas mi aire, estúpido!
— Me encanta cuando te enfadas.
Akane agarró el paquete y se lo lanzó a la cara.
—Por mí puedes fumártelos todos a la vez, ¡a ver si te da un esparranque!
—No te enfades tanto mujer —dijo Chouji —, te terminará saliendo una úlcera
—Si es que no puedo con él, me pone de los nervios.
Jisei miraba de reojo a Shikamaru.
—¿Es cosa mía o cada vez te lanza más cosass?
—Lo peligroso es que cada vez tiene más puntería, algún día llegará a darme.
—Para mí que es que te gusta verla enfadada —rio Chouji—. Yo creo que te pone que te lance cosas.
—A ver si con suerte me rompe la cabeza y se queda tranquila —comentó Shikamaru en voz baja.
—Sí que dices tonterías cuando tienes hambre, Chouji —opinó Akane—. Por cierto, ciervito ¿Has pensado ya en quien podría ser nuestro ayudante?
—¡Ahhhh! ¡Pero qué pesada eres! Ya hemos terminado la hora extracurricular, relájate un poco.
—Pero es algo que tenemos que decidir y ya oíste a Kakashi—sensei, cuanto antes mejor.
—No te agobies tanto, calabacita, no puede ser tan complicado.
—Pero tenemos que decidirlo y cuanto antes lo hagamos mejor para nosotros, menos trabajo tendremos, piensa en eso.
—Ya te dije que me gustaría que fuese Chouji, somos amigos y formamos un buen equipo, él me entiende casi sin que le diga nada.
—Ya y eso me parece muy bien pero es que también tiene que ser mi ayudante.
—Además —intervino Jisei—, es que es tu amigo, Shikamaru, y quizás haya a quien le dé por pensar que tienes favoritismos.
—¿Favoritismos de qué?
—Pueden pensar que es más un trabajo más sencillo que actuar, por ejemplo.
—Menuda tontería. Además, no he dicho que Chouji no tuviera que actuar, solo que sería un papel pequeño. Pero, a ver ¿Tú en quien habías pensado?
—Pues he estado leyendo las peticiones de todos y me ha gustado mucho lo que ha escrito Hinata ¿Lo has leído?
—Hmmmh, no.
—Me lo imaginaba.
—Los papeles te los has quedado tú, como siempre te encanta organizarlo todo...
—Te dije que te los quedaras tú con la mitad, a mí no me vengas con tus tonterías.
—¿Y qué dice Hinata? —preguntó Ryuko.
—Dice que hará lo que le digamos que haga pero que le da un poco de apuro actuar en público, que prefiere ayudarnos a nosotros en lo que necesitemos. Yo creo que sería una ayudante estupenda, es una chica muy trabajadora que siempre se empeña mucho en hacer las cosas bien.
—Ya, pero a mí me interesa más Hinata como actriz.
—Pero ella ha dicho que no quiere.
—Sí, ya lo sé pero, como tú dices, ella es muy trabajadora, si le decimos que tiene que ser actriz lo hará y se esforzará mucho, seguro que supera esa timidez.
—Pero no es lo que quiere.
—Pero los directores somos nosotros y los que tenemos que decidir qué es lo mejor para la obra.
—¿Y que Hinata haga algo que no desea es lo mejor para la obra?
—Ahhhhh... que pereza me da todo esto... Por supuesto. Hinata es muy popular ¿Acaso no lo sabes? Nos conviene que los actores sean populares para atraer al público. Recuerda que no solo tenemos que hacer la obra, también conseguir que vengan espectadores y sea un éxito.
—Sí, eso fue lo que dijo Tsunade —afirmó Chouji.
—Así que necesitamos a gente popular como actores, como el Uchiha, que por cierto, tampoco lo quiero de ayudante.
—Claro, o sea que tu estrategia es poner a los populares como escaparate —dijo Akane malhumorada—. ¿Y a quien ponemos de ayudante, que no sea popular, según tú?
—Alguien habrá.
—Pues no creo que valga para eso Naruto —comentó Chouji.
—Ni Gaara o Neji —añadió Ryuko.
—Puedo ser yo —propuso Jisei.
—No, tu no —contestó Shikamaru—. Eres muy guapa y muy popular ¡Si hasta recibes cartas de amor de chicas!
—¿Y qué tal Ino? —habló Chouji—. A ella le gusta mucho organizar cosas, como a Akane.
—No, Ino no, también la necesito como actriz.
—Claro, no olvides que es muy popular —dijo Akane con sarcasmo—. Al igual que Temari y de Sakura ni hablemos.
—Vale, o sea que solo quedo yo —Se escuchó decir a Ryuko con una voz lastimosa.
—Si no quieres que sea Chouji puede ser Ryuko —habló Shikamaru—. A no ser que digas que como es tu amiga tampoco vale.
—¿No se te ocurre otra persona, Shikamaru? —dijo Jisei mirando como los ojos de Ryuko parecían brillar.
—Creo que Ryuko sería una buena ayudante, además supongo que se entenderá bien contigo.
—¿De veras piensas que para Ryuko es la mejor opción para colaborar? —insistió Jisei.
—¿No se te ocurre que Ryuko podría hacer otra cosas? —preguntó casi gruñendo Akane—. No sé, podría ser actriz, Ryuko es muy buena interpretando.
—Déjalo, Akane —interrumpió Ryuko levantándose—. Yo... es que me tengo que marchar, se me había olvidado que... bueno, que mañana nos vemos...
—¡Ryuko! —Chouji se levantó, quería decirle que la acompañaba pero Ryuko se marchó de allí demasiado deprisa.
—Desde luego, Shikamaru, es que no podías tener una bocaza más grande —gruñó enfadada Akane levantándose también.
—¿Qué pasa?
—¿Es que no te has dado cuenta, ciervo del demonio? Jisei, si no te importa paga tú y mañana te lo doy. Voy a ver si la pillo.
—Si quieres voy yo., tú ya te estás retrasando mucho.
—Es igual, no me importa, voy yo, no puedo dejarla así. Tú explícale a este subnormal lo que ha hecho.
Akane también salió con bastante prisa de la cafetería.
—Voy a pagar —habló Jisei.
—¿Qué le pasa a Ryuko? —preguntó Chouji.
—¿Es que tú tampoco te has dado cuenta?
Chouji pareció pensar durante unos segundos.
—¡Ah! ¡Ya lo entiendo! ¡Ha sido por lo que ha dicho Shikamaru!
—Mendokusei... ¿Qué he dicho?
—No es lo que has dicho, es lo que has insinuado —El tono de voz de Chouji empezó a sonarle a Shikamaru bastante molesto.
—¿Qué he insinuado?
—Piensa un poco, Shika —dijo Jisei—. Tú eres un chico listo, deberías darte cuenta.
—He dicho que Ryuko sería una buena ayudante, no creo que eso sea... ¡Ah!...
—¿Ya has caído?
—Que problemático es todo esto. Yo lo que quería decir es que Ryuko no es tan popular, es más discreta, pasa como desapercibida.
—Ryuko es una chica muy sensible, Shika —añadió Chouji—, tú sabes que es como yo, que no tiene mucha confianza en sí misma ¿Y vas y la menosprecias?
—Yo no la he menospreciado... todo esto se ha complicado demasiado, quizás es que no he utilizado las palabras adecuadas... ahhhhh, menuda lata.
..."
Shikamaru suspiró mirando al cielo sentado en una de las mesas del comedero exterior, de buena gana sacaría un cigarro pero estaba en el instituto y seguro que le pillaban. Resopló, ahí estaba, solo, esperando a que Ino y Chouji regresasen.
Chouji había insistido mucho en que tenían que comer juntos y, cosa extraña en él, no quería comer cerca de Ryuko. Debía ser que quería contarle lo que había pasado entre él y Ryuko esa mañana, antes de ir al instituto, algo muy importante tenía que ser porque estaba demasiado sonriente ¿le habría pedido una cita a Ryuko? Era improbable pero era evidente que algo había pasado.
Shikamaru estaba solo. Mientras se dirigían a la zona de los comederos Ino se enganchó, literalmente, del brazo de Shikamaru y dijo que quería comer con ellos. Ahora ambos le habían dejado solo, por lo visto a Ino se le había olvidado la comida y Chouji se empeñó en acompañarla a la cafetería a comprar algo.
"Siempre hace eso cuando no quiere comer mucho", reflexionaba Shikamaru, "Sabe que yo no voy a negarme a compartir mi comida con ella... que chica tan problemática". Pero esta vez le salió mal la jugada porque para Chouji eso de comer poco era casi como un sacrilegio y, por alguna razón desconocida, en ese momento se encontraba pletórico de energía, tanto como para obligar a Ino a ir a comer algo más que la mitad de su comida.
Por otro lado suponía que la presencia de Ino impediría que Chouji le contase lo que quisiera contarle, que seguro tuviera que ver con Ryuko.
Ese pensamiento le llevaba a recordar el pequeño drama que sin querer inició la tarde anterior, pero claro, es que las mujeres siempre eran demasiado dramáticas, todo lo exageraban, en ningún momento él quiso insinuar que Ryuko valiese menos que cualquier otra chica de su clase, no le habían entendido pero menos mal que por la mañana tuvo la oportunidad de disculparse con ella y deshacer el malentendido.
—¡Shikamaru! —Ino había regresado y ponía una bolsa encima del comedero—, estás como abstraído ¿Tanto hemos tardado?
Shikamaru miró a su alrededor, allí solo estaba Ino.
—¿Y Chouji?
—Es que se le han antojado unas patatas fritas y está esperando que terminen de hacerlas, yo me he aburrido y me he venido. Mira —Sacó de la bolsa tres latas de refresco y un bol de plástico—, me he comprado una ensalada, así no te quito tu comida.
—¿Solo vas a comer eso? No me importa que comas parte de mi tortilla.
—¡Ya vengo! —Chouji se acercó con otra bolsa—. Están recién hechas ¡Qué ricas!
Shikamaru vio como Chouji sacaba de la bolsa un plato de plástico envuelto en papel de plata.
—Vamos, comer antes de que se enfríen.
—¿No has comprado muchas? —preguntó Shikamaru.
—Nunca son muchas, además somos tres, venga ¡qué aproveche! Qué pena que no está aquí Akane, a ella le encantan las patatas.
—Akane debería empezar a controlar lo que come —opinó Ino—al final va a terminar por estropear su figura.
—Es una chica enérgica —afirmó Chouji—, necesita comer.
—Yo creo que come para liberar su ansiedad.
—¿Qué ansiedad? —Shikamaru la miró sorprendido.
—Esa ansiedad que tiene ¿No lo habéis notado? Está siempre como estresada, por eso come tanto. Por cierto ¿No habéis notado que hoy lleva una muñequera?
—¿Qué tiene eso de extraño? —cuestionó Shikamaru mientras recordaba que la tarde anterior, cuando le tiró el paquete de cigarrillos, no llevaba ninguna muñequera—. Se habrá hecho daño, en judo, por ejemplo.
—Además, el otro día se cayó por la escaleras ¿Os acordáis?
—No sé, yo veo cosas raras en Akane ¿Tu no, Shikamaru?
¿De qué hablaba ahora Ino? Ino era muy lista así que cabía la posibilidad de que estuviese intentando distraer la atención de Shikamaru hacia otro tema que no fuese la comida.
—Bueno —habló ansioso Chouji—. ¿Puedo contaros ya lo mío? ¡Voy a salir con Ryuko!
Ino y Shikamaru se quedaron mirándole con los ojos y la boca abiertos.
—¿Le has pedido una cita a Ryuko? —gritó Ino.
—No, bueno... no, en realidad no es una cita, solo vamos a dar una vuelta.
—Eso es lo que se llama cita.
—No, no, porque es una cita de amigos, no romántica. Es por eso que dijo ayer Jisei ¿Te acuerdas, Shika?
—Ahhhhhh, por "eso" —sonrió Shikamaru—, bueno, al menos te has atrevido, aunque no sea una cita romántica es un paso adelante.
—¿Por qué? —interrogó Ino—. ¿Qué es lo que es si no? Yo creo que si es una cita romántica.
—No porque yo no le he pedido salir a Ryuko, solo... Shika, ayúdame.
—Es para acompañar a Ryuko a un sitio donde tiene que ir ¿Es eso, no, Chouji?
—Sí, sí, eso es. Es que ni Jisei, ni Akane pueden ir y ella no quería ir sola.
—Llámalo como quieras pero sí que es una cita romántica ¿Cuándo es la cita?
—El domingo.
— ¿Y ya sabes que te vas a poner?
—¿De qué?
—De ropa, Chouji ¡De qué va a ser! Ay, por favor, que chico tan soso ¡Espabila! Hay muchas cosas que preparar, menos mal que estoy yo aquí para ayudarte, ya verás, haré que triunfes.
...
Jisei miraba a Ryuko segura de que Ryuko quería contar algo más, algo que había sucedido esa mañana entre ella y Chouji, no solo era que hubiesen venido los dos solos y que, según Ryuko, había estado hablando "de muchas cosas", no, esa cara de ilusión no era solo por haber dado un paseo con Chouji y menos aún ese aura tan brillante. Pero fuera lo que fuese Ryuko no quería contarlo delante de Akane o puede que le diese vergüenza decirlo estando allí Sumire... no, era por Akane, seguro.
También estaba intrigada por Akane. Ver las auras no era a veces algo tan divertido como podía parecer. Sabía que a Akane le preocupaba algo, no, más que preocuparle lo que pasaba es que la entristecía. Al contrario que el aura de Ryuko, la de Akane estaba muy apagada.
—Huy que tarde que es —dijo de pronto Akane mirando el reloj que había colgado en la pared, justo encima de la pizarra—. Tengo que ir a un sitio...
—¿Te acompañamos? —preguntó Sumire.
—No, no hace falta, vuelvo enseguida.
—Claro, además yo te retrasaría ¡qué asco de muletas!
—Espera, Akane —habló Jisei levantándose—, voy al servicio así que te acompaño un poco.
Ryuko y Sumire se quedaron hablando de esguinces y lo dolorosos que eran y antes de lo que imaginaban Jisei regresó.
—Que rápida que eres —comentó Sumire.
—Es que solo quería preguntarle una cosa a Akane.
—¿Algún secreto?
—No, ningún secreto, solo una curiosidad. A ver, Ryuko ¿qué es eso de lo que estás deseando hablar?
—¿Yo?
—Vamos, tu cara es un libro abierto ¿Qué tienes que contar que no quieres que sepa Akane?
—No es que no quiera que Akane lo sepa...
—¿Es qué vas a salir con Chouji?
Ryuko asintió con la cabeza mientras Sumire daba varias exclamaciones de alegría.
—Bueno, si no cambia de idea.
—¿Y cómo es eso? —preguntó Sumire—. Ya estás empezando a largar.
—Pero si no es nada, en realidad no es una cita solo vamos a dar una vuelta.
—¿Te lo ha pedido él? —insistía Sumire.
—No... es que... verás... es que esta mañana después de hablar con Shikamaru hemos venido solos al instituto porque Shikamaru dijo que se le había olvidado algo y... ahora que lo pienso, creo que Shikamaru nos dejó solos a propósito.
—Sí, yo creo que si —sonrió Jisei—, venga, sigue.
—Pues hemos venido dando un paseo y hablando de Akane y su cita con Sasuke.
—Mira que eres pillina y que calladito te lo tenías —interrumpió Sumire—, así tienes esa cara tan feliz ¿Qué pasó? ¿Sellasteis la cita con un besito?
—¡No me dejas contártelo! Que no es eso, que no es una cita.
—¿Dónde vais a ir? ¿Qué te vas a poner?
—A ver, a ver —dijo Jisei—, Ryuko, empieza con el principio y no olvides los detalles.
—¡Que no es una cita! Y mira, no os voy a decir nada hasta que no esté Akane, que si no me va a tocar contarlo dos veces... o no, mejor no le digáis nada a Akane.
—¿Por qué?
—Es que Chouji y yo hemos quedado para, digamos "espiar" a Akane y Sasuke
—¿Espiarlos? ¡Que rastreros! ¡Me encanta!
—¡Que buena idea! —exclamó Sumire—. Yo también quiero espiarles.
—¿Y cómo se os ha ocurrido esa idea de peón caminero?
—Es que yo no quiero que salgan, me angustio mucho solo de pensarlo y se lo dije a Chouji.
—O sea, que tuvisteis conversaciones íntimas y personales ¿eh? —dijo con malicia Sumire.
—No, es que Chouji cree que a Shikamaru le gusta Akane y que por eso están tan raro y dice esas cosas, porque Shikamaru no tenía intención de menospreciarme es solo que...
—Vale, vale —interrumpió Jisei—, Chouji tampoco quiere que Akane y Sasuke salgan porque piensa que su amigo se siente dolido, entendido, ahora sigue con lo de la no-cita.
—Bueno, me dijo que si supiéramos donde van a ir pues...
—Es la excusa más tonta que he visto en mi vida para pedir una cita a una chica —comentó Jisei
—Pero funciona, Jisei —añadió Sumire—, será una tontería pero funciona. Y como no es una "cita, cita" dijiste que sí y de paso cotilleas a ver qué pasa con Sasuke y Akane ¿no?
—Pues aunque sea para "vigilar" a Akane es una cita, no formal, pero una cita es quedar con un chico y tú has quedado con Chouji y eso es una cita.
—De momento no le digáis nada a Akane, va a pensar que estoy loca y me muero por saber lo que hace con Sasuke. Yo se lo digo luego, a mi aire.
—Sí, sí, díselo tú, a ver cómo le explicas que quieres espiarla. De todas formas yo creo que le va a venir muy bien salir con Sasuke.
—¡Pero como dices eso! —gruñó Ryuko—.Sasuke no es el chico apropiado para ella, no la conoce de nada y...
—A lo mejor Sasuke no es el chico que tú quieres para tu amiga, pero es el que tu amiga necesita.
—¿Puedo preguntar por qué le tienes tanta manía al pobre chico? —cuestionó Sumire.
—Porque se cree que le va a robar a su amiga.
—No, no es eso, es que creo que si se enamora de Sasuke lo va a pasar muy mal porque no me imagino yo a Sasuke enamorado de una chica como Akane.
—Eres muy dramática, Ryu, y muy exagerada y también histérica, van a salir una tarde, solo una tarde, nadie ha hablado de amor, ni nada de eso y tú, como siempre, estas adelantando acontecimientos, seguro que ya los ves casados y todo, eres de lo que no hay.
—Lo sé, lo se... es que Akane está muy vulnerable y necesita...
—No se va a enamorar de Sasuke pero el domingo va a salir con el chico más popular del instituto, se va a sentir...
—Como Cenicienta —añadió Sumire—. Yo me sentiría así pero ¿es que le pasa algo a Akane?
—Si le pasa, si ¿Sabes dónde ha ido con tanta prisa?
—Sí que lo sé —respondió Ryuko—, a borrarse de Judo.
—¿Akane hace judo?
—Desde pequeña —respondió Jisei—, pero ahora con la sanción no va a tener tiempo para dedicarse a sus actividades extracurriculares.
—Seguro que también está pensando en abandonar el periódico.
—¿También participa en el periódico? ¡Que pasada!
—Eso sí que le va a doler —añadió Jisei—. Akane quiere ser periodista, adora el periódico.
—¿Y por qué tiene que dejarlo?
—Por su madre. Akane tiene bastantes hermanos y tiene que ayudar a su madre, además parece que quiere quedarse embarazada otra vez y...
—Chist —Ryuko le puso la mano en la boca—. Creo que vuelve, la oigo hablar con alguien en el pasillo.
...
Al terminar las clases, las chicas, muy misteriosas, dijeron que querían estar sin chicos y se apartaron de ellos. Allí quedaron Chouji, Shikamaru, Shino y Kiba. Comenzaron la vuelta a casa en silencio, para Kiba eso era algo insoportable, de cuando en cuando miraba con desconfianza a Shikamaru.
—Bueno —gritó al fin—. ¿Es que nadie va a decir nada?
—¿Tú no tienes nada que decir, Kiba? —habló Shino
—Pues no, no tengo ganas de decir nada...bueno si, que no me gusta que nos hayan dejado las chicas, porque a mí me gustan las chicas, me gustan mucho las chicas.
—¿Alguna preferencia? —preguntó Chouji.
—No, bueno si, que sea una chica, que tenga lo que tienen las chicas, ya me entendéis —Miró fijamente a Shikamaru.
—¿Pechos? —repuso éste.
—Pues mira, sí, entre otras cosas.
—Déjalo ya, Kiba —insistió Shino.
—¿Por qué? Somos tíos ¿no? Y adolescentes, se supone que tenemos que hablar de eso, de tías y tetas.
—Se rumorea que es lo que hace cualquier adolescente —añadió Chouji divertido.
—Claro que sí, tú me entiendes. Dime ¿a vosotros como os gustan?
—¿Las tías o sus melones? —cuestionó Shikamaru con gesto aburrido.
—En general, tío, en general ¿Qué te gusta de una chica, Shikamaru?
—Yo sé qué clase de chicas le gustas a Shikamaru —afirmó Chouji
Shikamaru le miró con desconfianza, esperaba que no se le ocurriese decir lo que sospechaba que iba a decir.
—Aunque él sea un vago —continuó Chouji—... y un desmotivado, le encantan las chicas pasionales que ponen todo su corazón en lo que hacen.
Shikamaru seguía mirándole, cambiando la desconfianza por asombro, realmente Chouji le conocía muy bien.
—Le gustan las chicas tenaces y hasta cabezotas —proseguía su amigo—. Para Shikamaru todo es un rollo, por eso le gustan las chicas que toman la iniciativa.
—¿Cómo Ino? —preguntó Kiba.
—Que tomen la iniciativa no quiere decir que le manden, Ino es demasiado dominante para él.
—Es la dualidad del yin y el yang —intervino Shino—, en el fondo todos lo hacemos, buscamos alguien opuesto a nosotros que a la vez nos complemente.
—Ya —Kiba movía la cabeza con gesto de no comprender nada—... pero yo me refiero al físico.
—Aunque es en lo primero que nos fijamos —continuó Shino—, la atracción física no es lo único.
—Pues eso quiero saber ¿En qué os fijáis? ¿En la cara? ¿En el cuerpo? Yo me fijo así, en conjunto.
—Vamos, que estén buenas —explicó Shino
—¿Y qué tiene de malo? Soy un chico al que le gustan las tías buenas ¿a vosotros no?
—Tú tienes las hormonas muy revolucionadas —habló Shikamaru—, pero mira, ya hemos comprendido que eres un chico muy machote al que le gustan las chicas.
—¿Y a ti que te pasa? ¿Te da miedo decir que te gusta de una chica?
—Empieza tú, dinos quien te gusta.
—A mí me parece que Ino está buenísima.
—Creí que Tenten te parecía preciosa —opinó Shino.
—Eso no quita para que piensa que Ino está que cruje.
—A mí me gusta Ryuko —habló Chouji
—Eso ya lo sabemos, yo digo a que la veas y digas ¡guau!
—Pues eso, Ryuko, yo soy así de simple, además ¿Por qué no puede ser ella?
—No, nada, nada, si Ryuko tiene una cara preciosa ¿Y tú Shino?
—Pues me llama la atención Anko-sensei, ya sé, no digas nada, es una profesora, solo digo que creo que es muy atractiva, no que esté enamorado, es algo muy distinto.
—Si no digo nada ¿Y tú, Shika?
—Pues... creo que Hinata es muy guapa.
—¡Eh! ¡A Hinata ni tocarla! No estropees la pureza de Hinata con tus sucios pensamientos
—¡Qué pesado eres! Yo solo te he respondido, el que me parezca guapa no quiere decir que me guste.
—Esa poesía que dijiste ayer ¿No pensarías en ella?
—Que problemático eres... no, te lo aseguro
—¿Y por qué me la dijiste a mí?
—¡Y yo que sé! Por presumir, me pavoneaba delante de las chicas.
—¿Quieres saber en quien pensaba? —preguntó Chouji con malicia.
—Chouji... no.
—¿Tú lo sabes?— preguntó Kiba abriendo mucho los ojos.
—Él no sabe nada —contestó Shikamaru.
—Claro, pero es un secreto —Le ignoró Chouji.
—¡Chouji!
—Entonces ¿te gusta alguna chica? Pero eso no es nada malo ¿Quién te gusta?
—Mendokusei...
—Dilo, anda, somos amigos ¿no? ¿Es que no confías en nosotros? Dilo, prometo no decírselo a nadie.
—No me gusta nadie, son paranoias de Chouji.
Chouji se reía. Kiba le obligó a pararse pasando el brazo por sus hombros. Shikamaru siguió andando al lado de Shino. Al instante oyeron las risas de Chouji y Kiba corriendo se situó delante de Shikamaru, mirándole fijamente a los ojos.
—¿Te gusta Akane? —gritó.
—Ya veo lo bien que guardas los secretos.
—¿Pero te gusta Akane?
—¿Eso te ha dicho Chouji?
—¿Pero te gusta o no?
—Quita del medio.
—Le da vergüenza reconocerlo —dijo Chouji.
—Ya hablaré contigo.
—Pero, Shika, no hay nada malo en que te guste, la chica está muy bien, tiene una delantera de lujo.
—Nunca he dicho que me gustase.
—No —intervino Chouji—, solo está colado por ella.
Shikamaru suspiró, miró a sus amigos de hito en hito, Shino no parecía reaccionar de ninguna manera, Chouji continuaba riéndose y Kiba le miraba expectante con una gran sonrisa de oreja a oreja. Esto era ridículo pero era consciente de que cuanto más lo negase menos convencería a ese chico.
—Mendokusei... Por favor, no se lo digas a ella.
—Kiba sonreía ahora triunfante y aliviado.
—¡Claro! Por eso dijiste esa poesía, era para ella.
—Lo que tú digas.
—¿Por qué no quieres que ella lo sepa?
—¿Te imaginas que se entera de que voy hablando por ahí de ella?
—¡Ostras! Te mata fijo ¿Pero por qué no le pides salir?
—Tenemos muchas cosas en contra.
—¿Cómo qué?
—Como que me odia, por ejemplo.
—Bueno si, no parece loca por ti, la verdad, lo tienes bastante chungo.
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