Durante unos segundos todos se quedaron quietos, como paralizados, mirando incrédulos a aquel chico de pelo negro y aspecto de duro. Shikamaru gruñó entre dientes "mendokusei" y sacó su paquete de cigarros.
Jisei dio unos pasos y se colocó delante de Sasuke mirándole fijamente con los ojos muy abiertos.
—¿Qué pasa? ¿Por qué me miras así? ¿He hecho algo malo?
—No le veo nada raro, no parece emitir ninguna energía sospechosa.
—¡Vale ya! —Akane la agarró de un brazo y la alejó de Sasuke—. Estás empezando a asustarle. Perdona, pero ¿a quién has dicho que querías llevar a tomar algo?
—Espero no fuese una broma, Akane, ni que lo hayas dicho solo por decir, porque yo lo digo muy en serio. Me pareces una chica muy interesante, me gustaría conocerte mejor.
—¡Toma, toma, toma! – gritó Akane haciendo ostentosos gestos – Voy a tener una cita con Sasuke Uchiha, el chico más popular del insti ¡Toma!
—Esto... Akane —dijo Ryuko con voz quedada— ¿Has pensado en lo que harán Ino y Sakura cuando se enteren?
Akane se quedó petrificada.
—Voy a morir.
—Vas a morir —repitió Ryuko—. Y mira, por ahí viene Ino.
—¿Sucede algo? —preguntó Chouji regresando con Ino—. Tenéis todos caras de circunstancias.
—Nada —respondió refunfuñando Shikamaru—, solo que tu amiga la cabeza de calabaza acaba de meterse en un lio.
—Le ha pedido una cita a Sasuke —declaró Jisei mirando con miedo a Ino.
—¿Te has atrevido? Que valiente, chica, no sabía que te gustaba Sasuke ¿Y qué te ha contestado?
—¿Qué va a contestar? —Shino habló casi sin dejar terminar la frase a Ino, sería mejor que ayudara a salir a Akane del atolladero donde se había metido—. Muy educadamente ha dicho que no puede.
—Normal. Ya ves, Chouji, eso es un rechazo y Akane no se ha muerto del disgusto.
Chouji miró a Ryuko que parecía bastante nerviosa, luego observó que Akane y Sasuke se miraban fijamente.
—Bueno, yo me largo —habló Shikamaru—. Me voy por aquí, tengo que pasar por la farmacia de mi padre. Ino ¿no decías que querías hablar de algo?
—Ah, sí, sí. Voy contigo. Ya me contareis que es lo que pasa.
—No hay nada que contar —dijo Akane—. Solo era un ejemplo para que Ryuko viera que no es tan difícil, no iba en serio.
—Yo me quedo —habló Chouji y Shikamaru, que había empezado a andar, levantó una mano e hizo un gesto a modo de despedida.
Shikamaru e Ino se marcharon y Sasuke miró con bastante seriedad a Akane.
—O sea que sí, que te estabas burlando de mí.
—No, no me burlo de ti, es que aprecio demasiado mi integridad física. No sabes lo bruta que puede ser Sakura.
—Pero es que yo no estoy saliendo con Sakura.
—No es que tu salgas con Sakura o no —intervino Ryuko—, se trata de una ley "no escrita", una no tiene que quitarle el chico a otra amiga.
—Yo no soy propiedad de Sakura, ni de Ino.
—Ya, pero eso no se hace —recalcó Jisei—, todas sabemos que le gustas a las dos, sobre todo a Sakura, sería un detalle muy feo y pueden sentirse molestas.
—No tienen porqué enterarse, yo no se lo voy a decir.
Akane miraba a Sasuke extrañada.
—No se trata de eso, se trata de que yo no le haría algo así a Sakura, más que nada porque es una chica como yo y las chicas tenemos que ayudarnos entre nosotras.
—¿Es que yo no tengo derecho a decir nada? Me parece muy bien lo de vuestra lealtad de mujeres pero eso va en contra de mi libertad de elegir con quien salir. Piénsalo, yo voy en serio.
Sin más Sasuke se giró y comenzó a alejarse dejando a todos completamente perplejos y a Akane sin saber que pensar.
...
—¡Vamos, dormilona! —decía Jisei desde la entrada a la casa de Ryuko mientras veía salir a esta a toda prisa—. Hoy se te han pegado las sábanas, ya vamos con retraso.
—¡Hola! Lo siento, es que he dormido fatal, no he pegado ojo en toda la noche.
—¿Y eso?
—Por la loca de Akane ¿Hoy viene con nosotras?
—Sí, ayer tampoco le dio tiempo de hacer los deberes, ya sabes, con eso de la competición de judo.
—Cuando lleguemos pon tu cartera encima de tu mesa, no la dejes en cualquier sitio, como haces siempre.
—¿Y esa orden?
—No es una orden, es que quiero que la pongas en tu mesa, para que Sasuke sepa que está ocupada y no se siente él.
—¡Ah! Lo que quieres es que ponga mi cartera en la mesa de Sasuke.
—¡Esa es tu mesa!
Jisei rio, siempre le hacía mucha gracia como Ryuko se agobiaba por cualquier cosa y que Sasuke se sentase al lado de Akane le agobiaba bastante.
—No entiendo que manía le estás agarrando al pobre chico.
—¿Pobre? ¡Es Sasuke Uchiha! Además, ya viste lo que pasó ayer, mira en que lio casi se mete Akane.
—Vale que Sasuke siempre ha sido un compañero un tanto huraño y poco comunicativo.
—Y egoísta, solo ha pensado en si mismo y además muy prepotente.
—No seas así, Ryu, hay que olvidar las cosas del pasado, aunque no fuera muy simpático con nosotras.
—Y fue cruel con Sakura, no lo olvides y con Ino también.
—Pero ellas le están dando otra oportunidad, no entiendo por qué nosotras, con las que no fue cruel porque nos ignoraba, no se la íbamos a dar. Además está demostrando que intenta cambiar, ahora es mucho más sociable.
—Si, es muy sociable, sobre todo con Akane, demasiado sociable. No quiero que haga daño a Akane.
—Pero su aura era bastante limpia, yo no le veo que tenga malas intenciones, al contrario, parece amable.
—Pues no me fio de él, además está Shikamaru y ya sabes el tema que tiene con Shikamaru.
—¿Sasuke y Shikamaru tienen "tema"? —bromeó Jisei.
—Ay, no te burles de mí, sabes que me refiero a lo de Akane con Shikamaru.
—Pues mas vale que te calles porque Akane está esperándonos ahí mismo.
En pocos pasos llegaron hasta donde estaba Akane y juntas emprendieron el camino al instituto.
Llegaban tarde aunque no demasiado, la entrada al instituto estaba desierta, al igual que las escaleras y los pasillos.
—No te pongas en plan dramático con lo de Sasuke, Ryu —decía Akane—, no pasó nada ¿No ves como todo se solucionó?
—No se solucionó, no se solucionó, que él dijo que esperaba tu respuesta.
—¡Anda ya! Pero eso fue por decir algo habló por hablar. Seguramente hoy ya no se acuerde del tema.
—Tú por si acaso no se lo menciones.
—Que sí, que no le voy a decir nada ¿Qué le pasa hoy que está tan exagerada? —preguntó Akane a Jisei.
—Debe ser la falta de sueño.
La primera en abrir la puerta del aula y entrar fue Jisei y nada más hacerlo se quedó parada.
—¿Qué decías que tenía que hacer con mi cartera, Ryuko?
Ryuko entró y también se detuvo. Sentado en la mesa que ya empezaba a ser habitual en él, es decir al lado de la de Akane, estaba Sasuke Uchiha, leyendo tranquilamente y que al oírlas entrar levantó la cabeza para mirarlas.
—Llegáis tarde —dijo y volvió a mirar su libro.
Lo que también tenía perplejas a Jisei y Ryuko era que justo en el sitio de Ryuko, la mesa al otro lado de la de Akane, dormitaba con la cabeza apoyada en los brazos, Shikamaru.
—Están un poco empanadas —dijo Akane y Sasuke al oírla volvió a levantar la vista de su libro—. Anda, dejadme pasar. Buenos días, Sasuke. Mira, si también está el ciervito ¿Y no ha venido Chouji con él?
—Buenos días —saludó Sasuke—. Yo no he visto a Chouji.
—¿Cómo es que has venido tan temprano? —preguntaba Akane mientras sacaba unos cuadernos de su cartera y los ponía encima de su mesa.
—Es que quería hablar contigo, por lo de ayer.
—¿Es que te molesté? Lo siento, a veces no me doy cuenta de la bocota que tengo.
—No es que me molestase, es que me dio la impresión de que evadiste mi pregunta.
—¿Qué pregunta?
—Te dije que me apetecía salir a tomar algo contigo.
—¡Ah, eso!
—¿Ya te has olvidado?
—No te ofendas pero pensé que no ibas en serio.
—He venido casi una hora antes al instituto porque supuse que vendrías, solo para hablar contigo y continuar esa conversación sin que te preocupase que Ino o Sakura nos oyesen, creo que eso demuestra que si voy en serio.
Akane se quedó sin decir y era más que raro para Jisei y Ryuko ver a Akane sin contestar. Se había creado un silencio de lo más incómodo y un bostezo de Shikamaru mientras se estiraba hizo que todos le mirasen.
—Buenos días ¿Me he perdido algo?
—Buenos días —respondió Jisei mirándole entrecerrando los ojos—. ¿Cómo has venido tan temprano?
—He quedado con Temari ¿No ha venido?
—Cuánto éxito tienes, ciervito, ayer te fuiste con Ino y ahora quedas con Temari. Estás que te sales.
Ante el sarcasmo de Akane, Shikamaru chasqueó la lengua y se levantó.
—Quizás esté en el club de shogi, voy a ver.
En cuanto Shikamaru salió por la puerta Ryuko agarró la cartera del chico para quitarla de su mesa y colocarla donde debía estar, en el asiento que Shikamaru llevaba ocupando desde que inició el curso.
Jisei barría el aula mientras pensaba lo poco que le había gustado el aura de Shikamaru.
—¿Vas a venir a tomar algo conmigo o no? —insistía muy serio Sasuke.
—Pensé que lo habías dicho por decir.
—Yo nunca hablo por hablar. Si te preocupan Sakura o Ino puedes estar tranquila, no estoy saliendo con ellas así que no les voy a ser infiel y ni tienen porqué enterarse. Solo quiero invitarte a tomar unos refrescos o lo que sea que bebas, charlar y quizás dar un paseo, no te voy a pedir en matrimonio, ni relaciones, no veo el problema.
—En eso tienes razón. No eres de uso exclusivo de Sakura y tienes derecho a tener más amigas, además no haríamos nada malo.
—¿Quedamos entonces?
—No veo por qué no, claro, siempre que me invites tú porque yo ando abrazada a la miseria, no porque sea de las que los chicos tienen que invitar, no es el caso.
—Yo te invito, no hay problema y si nos lo pasamos bien podemos repetir y me invitas tú a mí.
—O podemos esperar a que sea primeros de mes que es cuando me dan la paga.
—No me gusta esperar demasiado. El sábado tengo comida familiar, tendría que ser el domingo.
—Aún quedan varios días, lo mismo te arrepientes. Prométeme que si cambias de idea me lo dirás, no me gusta que me dejen plantada.
—Entonces, será el domingo.
Akane abrió su libro pensando que no sabía bien lo que había hecho pero que se había entretenido demasiado y no le iba a dar tiempo de hacer los deberes. Sasuke puso encima del libro su propio cuaderno.
—Toma, te he entretenido, lo justo es que copies mis respuestas.
Shikamaru no se había ido muy lejos, estaba justo al lado de la puerta que había dejado abierta y con las manos dentro de los bolsillos miraba fijamente el suelo. De uno de sus bolsillos sacó, sin pensarlo, un paquete de tabaco y puso un cigarrillo entre sus labios.
—¿En serio, Nara? —la voz de Kakashi le sorprendió y miró confuso al profesor que frente a él parecía bastante molesto—. ¿Vas a fumar dentro del instituto?
—Lo siento, no te he oído llegar.
—Dame ese paquete.
—Mendokusei, no iba a fumar.
—La pertenencia de cigarrillos y bebidas también está prohibida. Da gracias que no tengo ganas de rellenar una sanción.
Con bastante desgana Shikamaru puso su paquete y el cigarrillo en la mano de Kakashi.
—Y que no se repita. Creo que Asuma está siendo muy mala influencia para ti, voy a tener que hablar con él.
Ryuko estaba deseando hablar con Akane sin la presencia de Sasuke para decirle lo irresponsable que era y la locura que había hecho, pensó que los minutos previos a comenzar las clases serían ideales porque Naruto, Sakura y todos los demás llegarían y distraerían a Sasuke y ella podría hablar tranquila pero no, no fue así, en cuanto Tenten entró en clase ocupó toda la atención, estaba muy alterada y feliz, con una noticia que no podía esperar a contar y lo hizo casi gritando de la alegría.
—¡Sumire ha vuelto! Anoche me llamó ¡Está en Konoha!
—¿Pero cuando ha vuelto? —preguntaba Lee—. ¿Desde cuándo está en Konoha? ¿Por qué no nos ha avisado antes?
—Porque no pudo, estaba muy liada con la mudanza y quería que fuera una sorpresa. Creo que ella llegó ayer pero sus padres ya llevan una semana ¡Y ya está matriculada en el instituto! ¡Hoy empieza!
—¿Y en qué clase está? —Se interesaba Kiba.
—No lo sé, supongo que en 2-3 ¿no?
—Eso si no está repitiendo primero —dijo Shino—, no sabemos cómo son los cursos en España.
—¡Atención! —interrumpió Neji delante de la mesa del profesor—. Viene la profesora, todos a vuestros sitios.
—Gracias, Neji —decía Anko entrando en el aula—. Buenos días, pequeños delincuentes, hoy vamos a tener un día muy interesante con alguna que otra sorpresa.
Un murmullo se dejó oír por la clase.
—¿Alguien, a parte de Sakura, ha tenido la idea de preparar el tema de hoy? —Los alumnos, que hasta ese momento seguían murmurando, quedaron en silencio—. Bien, así me gusta, en nuestra línea. De todas formas hoy no vamos a tener clase, va a ser algo más...
—¡Anko-sensei! —interrumpió gritando Naruto—. ¿No nos harás un examen sorpresa, verdad?
—¡Naruto, no grites! Aquí la única que grita soy yo ¡Kiba, por enésima vez, haz el favor de sentarte bien!
De nuevo se hizo el silencio.
—Sois, sin duda, la pero clase que tengo, que he tenido y que tendré nunca, pero he apostado por vosotros.
—¿Nos has apostado, sensei? — gritó Lee levantándose.
La mayor parte de los alumnos no pudieron evitar una risita, Anko tampoco.
—¡Lee, siéntate y escucha cuando hablan! Es solo una forma de hablar, aún no he perdido la esperanza del todo. —. Perdona, Honda —dijo mirando hacia la puerta que aún permanecía abierta—, pasa, pasa, por favor. A ver chicos, atenderme que tenemos una nueva compañera.
Todos miraron expectantes hacia la puerta, una chica delgada, de pelo castaño oscuro muy corto y rebelde, cara sonriente y ojos grandes de color violeta, asomaba su cabeza.
—Pasa y cierra, por favor. A la mayoría ya los conoces.
—¡Sumire, eres tú! —volvió a gritar con entusiasmo Lee.
—Sí, Lee, creo que sabe que es ella —comentó la profesora—. Siéntate y no te alteres. Bien, Sumire, preséntate para los que no te conozcan.
Sumire movió levemente su mano saludando mientras sonreía y se giró mirando la pizarra, tomó una tiza y escribió en grande su nombre.
—Hola —saludó inclinándose—. Me llamo Sumire Honda. Vengo de España, mi madre es española y hemos estado viviendo unos años allí. Me gusta la música, bailar y hacer fotografías y espero que nos llevemos bien.
—Bien, Sumire, siéntate por ejemplo allí, en ese sitio libre, al lado de Kudo —Señaló una mesa al lado de Jisei, detrás de Chouji.
La chica caminó hacia la mesa vacía y miró con ilusión a sus nuevos compañeros, al ver a Lee saludándola con el brazo ella hizo lo mismo mientras su sonrisa se hacía aún mayor.
—Hoy —hablaba Anko mientras escribía en la pizarra—, vamos a charlar sobre un tema muy interesante, se llama "Las consecuencias de nuestros actos".
—Uh, que mal me suena esto —se quejó Kankuro, un chico castaño que parecía un poco mayor que los demás.
—Sí, suena muy mal y ya sabéis por qué, sin duda no habéis olvidado que tenéis una sanción pendiente.
—Y yo que pensé que se habían olvidado, dattebayo.
—Sí, eso quisieras tú. Por cierto, Nara —La profesora dio un sonoro golpe con las manos en la mesa de Shikamaru y las dejó allí, como si le estuviesen sirviendo de apoyo, mientras sonreía maliciosamente—. Hablando de todo un poco, vas a ser el alumno-tutor de Honda.
—Mendokusei... —se quejó mirando hacia atrás.
—¿Mucho trabajo para ti? Ya, ya sé que no te gustan las actividades extracurriculares pero eres buen alumno después de todo.
—Es que yo no estoy en la actividad de tutoría y...
—Sumire, si tienes alguna duda se lo preguntas a él que es muy listo y te sabrá poner al día. Y tú, no olvides que Sumire viene desde España, aunque llevamos poco de curso lo mismo no ha dado las mismas materias.
—Sensei —dijo Sakura levantando la mano—, que yo sepa Sumire no debería estar en este aula, ella no está sancionada.
—Si —añadió Ino—, debería estar en 2-3.
—Muy listas las dos pero en 2-3 ya son demasiados, no podemos integrar ningún alumno más, no nos lo permiten las normas y la directora ha pensado que en 2-1 estaría incómoda.
—Vale, basta de charlas, ahora vais a escuchar vuestra condena. No os podéis imaginar la ilusión que me hace veros así, tan calladitos y quietecitos. A lo que iba, el claustro de profesores nos hemos reunido y hemos decidido que lo más adecuado era obligaros a hacer una actividad en común.
—¿Pero todos nosotros? —preguntó alarmada Ino.
—No, no, todos no, Sumire no tiene nada que ver con vuestras payasadas, ella está exenta aunque si lo desea puede también realizarla, en cuyo caso le servirá para subir nota.
La profesora comenzó a hablar sobre responsabilidades y aceptar las consecuencias de las acciones sin que Sumire entendiera muy bien lo que pasaba, escuchaba de sucesos que llevaban un par de años sucediéndose en el instituto, altercados, peleas entre alumnos, discusiones y sobre todo algo que había sucedido al finalizar el curso anterior y que debía ser bastante grave; por lo visto estaban implicados los de esa clase y los de 2-1 y ahora tenían que cumplir un castigo.
Como por más que se concentraba no era capaz de enterarse muy bien de lo que hablaban, las quejas y protestas de los alumnos y las alegaciones de la profesora, Sumire se entretuvo mirando su nueva aula y a sus compañeros. Conocía a la mayoría de ellos, algunos eran amigos suyos desde pequeña, pero había algunos que no le sonaban de nada, como el chico moreno que parecía estar dibujando mientras la profesora hablaba.
Sonrió, estaba muy feliz, por fin había vuelto a Konoha y no es que estuviese mal en España, es que aquí tenía a sus amigos de toda la vida.
La madre de Sumire era española, cosa de la que Sumire se sentía muy orgullosa pero eso no tenía nada que ver, ella no había nacido en España, ni había pasado su infancia allí, solo había ido de vacaciones, todos sus vínculos estaban en Konoha y aunque hace unos años entendió que por diversas e importantes razones habían tenido que mudarse estaba deseando regresar.
Y por fin allí había vuelto. En esa clase estaba Tenten, su mejor amiga, al menos era su mejor amiga antes de irse, también estaban Lee, Kiba, Jisei... Se acordaba de todos. Recordaba que a Jisei le gustaba echar las cartas y todos decían que era medio-bruja y lo enojona que era Akane, que siempre tiraba piedras a los niños... humm, a la chica rubia con cuatro coletas no, esa era nueva.
¿Y qué habría pasado el curso anterior para que ahora la profesora estuviese hablando de una sanción pendiente? Creía recordar que Tenten le había contado algo, algo de que se llevaban mal con los chicos que habían llegado nuevos de otro instituto ¿O era una academia?
—Tengo que decir que la actividad, a parte de ser una sanción, —hablaba la profesora—, será una especie de "trabajo social para la comunidad"
—¿Algo como encargarnos la limpieza del instituto? —preguntaba Sakura.
¿De qué hablaba? Sumire se dio cuenta de que no estaba enterándose de nada, meneó la cabeza y se dispuso a prestar atención
—Je, je, no creas, eso también se propuso, pero no. Ha costado mucho decidir que sanción merecíais y puesto que todos estáis implicados de una manera u otra más los alumnos de 2-1 no ha sido fácil encontrar una solución.
—Pero sensei, esto no es justo y tú lo sabes — Se quejaba Naruto.
—Y tú eres un cabezón, con buena fe, pero cabezón y el que menos tiene que quejarse. Y luego los demás, absolutamente todos y cada uno de vosotros tenéis parte de responsabilidad en los incidentes del curso pasado, incidentes que perjudicaron al instituto, por no hablar de a vosotros mismos, a vuestras familias y a los profesores, y creedme, a mí personalmente me molestó bastante. Todos os implicasteis ¿verdad, Sakura? ¿A que sí, Gaara? ¿Quién pecó de imprudente, Lee? Pero esto ya está dicho, comentado, hablado y debatido ¿es que no ha quedado claro vuestra responsabilidad? A ver, creo que tuvisteis un "juicio" más que justo y que admitisteis que merecíais una sanción.
En esos momentos el silencio en el aula era algo que podía cortarse con un cuchillo.
—Todos los implicados vais a ocuparos de organizar la función de fin de curso.
—¿Pero juntos? —preguntó aterrado Naruto, esa era la pregunta de todos tenían en mente.
—No, juntos no, bastante tenemos que aguantaros ya como para que deis más problemas.
—¡Pero si aún queda mucho para fin de curso! —protestó Kiba.
—Sí, pero vosotros tenéis mucho trabajo por delante. Esa actividad no va a ser solo una actividad extra, no. Vais a tener que dar lo mejor de vosotros mismos, si no lo hacéis así, si no os esforzáis, si el resultado, ya sea personal o en conjunto de la clase no es satisfactorio, puede que lleguéis a suspender varias asignaturas y lo digo muy en serio.
—¿Quieres decir que el aprobado depende de una actividad como una canción o algo así? —preguntó Ino.
—Eso mismo. No, no cuchicheéis tanto. A ver si sois capaces de comprender lo que digo: debéis tomaros esto muy en serio, tenéis que participar todos y lo más importante trabajar en equipo. Los demás profesores y yo vamos a ver si estáis tan unidos como nos habéis hecho creer, queremos ver si sois capaces de trabajar juntos por un mismo objetivo, cooperar, ayudaros, organizaros, dejar vuestras diferencias a un lado, tratar de conseguir un bien común porque el trabajo y la dedicación de cada uno repercutirá en los demás ¿se me entiende?
Sumire era la que no entendía nada ¿Quiénes eran los implicados? ¿Por qué todos cuchicheaban tanto? Que rabia, se había concentrado tanto en sus propios pensamientos que ahora estaba perdida.
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