miércoles, 5 de febrero de 2020

01. UNOS CHICOS PROBLEMÁTICOS

Una noche más Sasuke había vuelto a soñar con aquella chica.
Sabía que la conocía aunque no recordaba de qué. Tenía unos vagos y confusos recuerdos, no recordaba su voz, ni el color de sus ojos, pero si su sonrisa y la calidez de su mano.
Hacía unos días que soñaba con ella y siempre era el mismo sueño. Era de noche y esa chica estaba al borde de un lago donde se reflejaban las estrellas, había luciérnagas revoloteando y en el cielo estallaban fuegos artificiales de todos los colores. La chica iba vestida con un kimono de verano, en su pelo, que gracias a los destellos de luz podía verse que era de color naranja, llevaba prendida una flor y en sus manos sujetaba otra. Se giraba, le miraba y sonreía, Sasuke veía como movía los labios pero no podía escuchar lo que decía y justo en el momento que comprendía que no era a él a quien se dirigía, se despertaba.
—¿Sasuke, estás despierto? —Escuchó la voz de su madre a través de la puerta.
—Si, ya voy —respondió mientras se sentaba en la cama.
—Ha llamado la directora del instituto. Dice que vayas a su despacho, que quiere comentarte algo.
—¿Hoy?
—Si, hoy, a la hora que te venga bien. Me imagino que es para decirte algo del nuevo curso.
—Pero hoy es sábado.
—Ya. Mejor hablamos en el comedor, ya tienes listo el desayuno.
Se levantó y meneó la cabeza como para alejar de una vez ese sueño, ya era hora de centrarse en la realidad.
Sasuke Uchiha era el chico casi perfecto. No solo era guapo, con ese pelo negro y esos ojos grandes y oscuros, además era inteligente, el estudiante perfecto, todo lo hacía bien. Se le daban bien los estudios y la educación física, sus notas siempre eran de las mejores. Era educado y se comportaba correctamente en el aula, practicaba el fútbol y el tenis y por supuesto, sobresalía en lo que hacía y no solo eso, pertenecía una familia muy prestigiosa, los Uchiha, conocidos y respetados en toda la ciudad de Konoha. Guapo, rico y digno de admiración. Lo tenía casi todo.
Pero también tenía un obsesión que le carcomía por dentro: conseguir superar a su hermano, el gran Itachi, el genio superdotado que se saltó varios cursos, la persona a la que más admiraba y que le defraudó como hermano y se había convertido en lo que más despreciaba, así que esperaba que no estuviese en casa. Itachi se había independizado, tenía un apartamento propio pero visitaba demasiado a su madre y era habitual verle a la hora del desayuno.
Bajando las escaleras para dirigirse al comedor escuchó voces, una voz en concreto era en exceso escandalosa para ser la de su hermano. Al entrar al comedor vio al dueño de esa voz, un chico de su edad, rubio, de brillantes ojos azules y demasiado nervioso como para estar sentado tranquilamente.
—¡Sasuke! —gritó al verle mientras se servía varias tortitas en un plato—. ¡Pasa, dattebayo! ¡Esto está de muerte, señora Uchiha!
—Sírvete lo que desees —sonreía la madre de Sasuke—. ¿Quieres más leche?
—Con un poco de cacao, si no es mucha molestia.
—¿Es que en tu casa no te dan de desayunar, dobe? —comentó Sasuke sentándose a su lado.
—No, hoy no —respondió con toda naturalidad—. Mi madre se ha ido al instituto, tiene una reunión o algo y me ha dicho que van a hablar contigo, así que pensé en venir para acompañarte.
—Es cierto, por lo visto la directora quiere que vaya.
—Pues por eso he venido. Te acompaño y cuando termines chutamos unos balones, ttebayo ¿Y sabes que es lo que quiere decirte mi madre?
—¿Por qué iba a querer decirme algo tu madre?
—Porque te han llamado.
—Me ha llamado la directora, no tu madre.
—Ya lo sé, Sasuke-teme, pero mi madre es psicóloga en el instituto. Creo que la directora quiere saber qué hacer con nosotros. No me mires así, ya sabes, por lo del incendio, vaya que sí.
—Yo no tengo nada que ver con eso.
—¿Estás seguro? Yo tampoco y sin embargo mi madre dice que la directora no sabe qué hacer conmigo, ni con Sakura, ni con nadie del grupo.
—Eso es porque el año pasado te metiste en muchos jaleos.
—¡Pero no fue culpa mía, ttebayo!
—Seguramente Tsunade quiera hablar con Sasuke sobre el tema de los cursos —habló Mikoto, la madre—, quizás quiera que te adelantes un curso, como pasó con tu hermano.
—Madre —respondió Sasuke con voz grave—, te recuerdo que yo no soy Itachi, no soy el "genio" de los Uchiha.
—Pero tus notas son excelentes, el año pasado sacaste todo con matrícula, es lógico que piensen que puedas adelantarte un curso, eso hicieron con Itachi.
—Pues no sé si quiero seguir los pasos de Itachi.
Sasuke solía mirar a la gente a través de sus ojos profundos de una manera prepotente, casi parecía que te hacía un favor. La única persona a la que él consideraba su amigo era a Naruto, era el único a la que había dejado acercarse a él. A Sasuke no le gustaba la gente, no se fiaba de nadie, desde que su hermano, Itachi Uchiha, le había fallado se negaba a creer en otras personas. Estaba mejor solo, así nadie le defraudaba.
A pesar de su aptitud fría y distante, o quizás debido a ella, Sasuke era muy popular entre las chicas del instituto. Siempre estaba rodeado de chicas babeando o coqueteando con él y aunque no era amable y las ignoraba, ellas se empeñaban en ir tras él. Así había llegado a sus casi 18 años considerando que las chicas eran una pequeña molestia y quizás la más molesta de todas siempre había sido Sakura porque ya podía ser borde con ella, antipático o simplemente ignorarla, daba igual, Sakura siempre estaba allí, intentado llamar su atención.
Eran amigos. Eso decía Naruto, que eran los tres amigos, como un equipo, aunque en realidad para Sasuke lo que formaban era un triángulo absurdo que además le empezaba a resultar agobiante.
A Naruto le gustaba Sakura, le gustaba mucho y no se preocupaba en ocultarlo, al contrario, Naruto se pasaba el día gritando a pleno pulmón que le gustaba Sakura y esforzándose para conseguir de ella respeto.
A Sakura le gustaba Sasuke, le gustaba mucho y tampoco se preocupaba en ocultarlo. Se pasaba el día detrás de él esforzándose para conseguir que la mirase.
¿Y quién le gustaba a Sasuke? Pues nadie. A Sasuke no le interesaban esas cosas.
...
—¿De veras no quieres decir nada más? —preguntaba con voz seria Tsunade al alumno que tenía delante.
—Mendokusei... No, no tengo nada más que decir.
—Está bien —Tsunade soltó el bolígrafo que tenía entre los dedos y se recostó en su asiento—. Lárgate ya, no quiero verte más.
El alumno, un chico peinado con una curiosa y reconocible coleta tiesa, metió las manos en sus bolsillos, giró sus talones y recorrió los metros que le separaban de la puerta del claustro de profesores donde le habían convocado, para salir.
—Es inútil —habló Kushina Uzumaki, la madre de Naruto, una mujer de pelo largo y rojizo, en pie al lado de Tsunade—. Nunca la va a delatar.
—Estoy valorando en torturarle.
—Shikamaru Nara es terriblemente leal a sus amigos.
—Sin embargo sé que fue ella, tuvo que ser ella, todo la señala. Tanto negarse a contar lo que pasó me hace sospechar que él también tuvo su parte de culpa.
—Eso es innegable, pero no es por él por lo que se niega a confesar.
—Claro que no, es por ella y no lo entiendo. Se han pasado el curso discutiendo y ahora la defiende como... ¡Es que no lo entiendo! ¡Adolescentes! Están todos locos y a mí me agotan.
—Pero algo hay que hacer. Lo que hicieron no puede quedarse sin un castigo. Las acciones siempre tienen que tener sus consecuencias.
—Ya lo sé, ya lo sé, pero ya lo has visto, él es el único testigo y no coopera nada y tampoco podemos acusarla a ella sin pruebas.
—No, no debes hacerlo. Esa chica...
—Ya, ya lo sé, tiene problemas... en fin, tu eres la psicóloga, espero que sepas lo que haces. Anda, siéntate y vamos a ver como solucionamos lo otro.
—¿Sigues con la idea de que tenemos que separarlos? ¿Aislarlos como si fueran un virus? —decía mientras se sentaba a un lado de la mesa—. No creo que sea una buena idea.
—No es idea mía, es lo que exige el consejo de administración del instituto.
—¿Entonces esto es "sugerencia" de Danzo?
—Directa y no admite cambios. Tenemos que aislar a los elementos hostiles y que merman la buena imagen del instituto y tenemos que empezar por tu hijo, Kushina.
—¿Naruto es un peligro para la buena imagen del instituto? ¡Verás cómo agarre yo al viejo ese!
—No te alteres, vamos a relajarnos. Anda, ayúdame a hacer los grupos.
—Me callo porque solo le faltaba a Naruto que el viejo ese pensase que su madre es una violenta que si no...
—Tranquila, él ya sabe que eres algo violenta —Se oyeron unos golpes en la puerta e inmediatamente se abrió—. Pasad, pasad, casi empezamos sin vosotros.
—Buenos días —saludó Jiraiya mostrando una amplia sonrisa—. ¡Hola, Kushina! ¿Cómo está Minato?
—Buenos días —saludó también Orochimaru.
—Hola. Minato está bien, hoy le ha tocado vuelo, creo que a Nueva York.
—Vaya suerte ¿Dónde nos sentamos?
—Donde podáis —respondió Tsunade—. Le estaba diciendo a Kushina que Danzo nos obliga a separar a los implicados en todos los sucesos del curso anterior, eso incluye, por supuesto, el pandemónium que organizaron en la exposición de ciencias. Eso o su expulsión.
De nuevo o se oyeron golpes en la puerta y esta se abrió. Esta vez fue Shizune, secretaria y a la vez enfermera del instituto, la que asomó la cabeza.
—Pasa, Shizune ¿Sucede algo?
—No, solo es para decirte que Sasuke Uchiha ha llegado.
—¿Está ahí?
—Está abajo, en la pista de futbol, con tu hijo, Kushina, que también ha venido.
—Pues entonces dile que espere. Dentro de un rato le atiendo.
—De acuerdo, pero no te entretengas demasiado, a veces tus reuniones se hacen muy largas ¿Os traigo algo para beber?
—Mira, si, no es mala idea —Shizune se marchó y Tsunade abrió una carpeta con bastantes folios—. Estos son los alumnos conflictivos. Son unos 40, los he separado del resto de los de segundo de preparatoria.
—¿En total cuantos son? —preguntó Orochimaru—. Quiero decir incluyendo a los que según el consejo no son conflictivos.
—Unos 70. Los "no conflictivos" los he puesto ya en un solo grupo. Creo que así Danzo estará feliz.
—¿Y qué criterio has seguido para saber si son conflictivos o no? —cuestionó Jiraiya.
—Yo ninguno, el trabajo me lo ha dado hecho el consejo de administración.
—Que detalle por su parte —dijo en tono sarcástico Jiraiya—. En fin, vamos allá.
—No estoy muy de acuerdo con esta discriminación —opinó Orochimaru.
—Ni tú, ni nadie lógico —añadió Kushina.
—¿Sabéis que de esta forma mis alumnos no se integrarán nunca? —volvió a hablar Orochimaru con su voz sinuosa.
—Lo sabemos.
Orochimaru, Jiraiya y Tsunade se conocían desde hacía años. Justos hicieron la preparatoria y aunque estudiaron carreras distintas terminaron los tres trabajando como profesores en el Instituto de Konoha.
Orochimaru no duró mucho en su puesto. Al contrario que Tsunade o Jiraiya él deseaba algo más y fundó su propia academia. Durante varios años la academia de Orochimaru, aunque era pequeña, fue considerada una de las que mejor preparaban a los alumnos, aunque también se hizo famosa por las becas que concedía a alumnos "difíciles", chicos problemáticos, con problemas familiares o sociales. Al final los gastos superaron a los ingresos y la academia tuvo que cerrar. Orochimaru encontró un puesto como profesor en el Instituto de Konoha y la mayoría de sus alumnos trasladados allí.
Con la llegada de los alumnos de la famosa academia de Orochimaru el prestigio del Instituto de Konoha aumentó pero también aumentaron los problemas.
Los nuevos alumnos no encajaron bien en el instituto. No se supo muy bien cómo o quien comenzó pero enseguida empezaron las tiranteces entre diversos grupos. Nadie parecía llevarse bien con nadie y se crearon dos grupos bien diferenciados, por un lado el liderado por Kabuto Yakushi, uno de los discípulos de Orochimaru y por parte de los alumnos veteranos, liderado por Naruto.
Pero el tema de Sasuke Uchiha era especial. Era considerado por Naruto como su mejor amigo, le echó mucho de menos cuando este se marchó a la academia de Orochimaru y cuando regresó pensó que todo volvería ser como antes pero se equivocaba, en principio Sasuke prefería formar parte de los recién llegados y eso era algo que Naruto no comprendía y que además se negaba a aceptar. Naruto no estaba dispuesto a perder a su amigo, si nadie hacía nada, él lo haría y recuperaría a Sasuke aunque fuera por la fuerza.
A partir de ese momento empezó una guerra abierta en el instituto a la que se sumaron, por si no tenían bastante, unos pocos alumnos seleccionados por Madara Uchiha, uno de los benefactores que más ayudaba económicamente al instituto, alumnos de "alta capacitación" y que se hacían llamar "grupo Akatsuki".
Los chicos, mezclados en diversas clases, comenzaron una convivencia difícil, convirtiendo aquel curso en un caos tanto para los profesores como para el resto de alumnos no implicados.
—Mirad —dijo Jiraiya con unos cuantos folios en las manos—, mientras hablabais he hecho tres grupos para ver como quedaban. Estos serían tus chicos, Orochimaru, revisa los expedientes a ver qué te parece, toma. Estos otros, Tsunade, son alumnos que no están implicados en nada y por último estos serían el grupo de Naruto y sus amigos, a ver qué te parece, Kushina.
—Pero estos no son se mi grupo —Orochimaru sacó varios folios.
—Ya, ya lo sé, son los "Akatsuki", pero es que los chicos realmente problemáticos de tu academia no son tantos, solo 13, a mí me parece un grupo muy insuficiente para una clase y los amigos de Naruto son en total 19, así que he añadido a los enchufados de Madara, ellos y tus chicos no se llevaban mal del todo, no son amigos pero se ignoran.
—Es mejor idea que ponerlos con este otro grupo —opinaba Kushina.
—En total en ese grupo serían unos 22, yo creo que es equilibrado.
—El grupo de los inocentes queda muy numeroso —hablaba Tsunade—, más de 30 pero está dentro de lo que nos permiten las normas.
—Aquí me falta Sasuke —dijo Orochimaru.
—Está en este grupo —Kushina mostraba su expediente.
—Debería estar en este, es alumno de mi academia.
—Pero antes fue alumno del instituto —explicaba Tsunade—. De todas formas por eso le he pedido venir, creo que debo hablar con él y oír su opinión.
—¿Vas a guiarte por la opinión de un alumno?
—Creo que sí. Es muy amigo de Naruto y de Sakura Haruno, ha hecho primaria y parte de secundaria con todos ellos, mal que mal se conocen.
—Pero en la academia hizo nuevos amigos, no olvides eso, Tsunade, y con algunos creo que llegó a conectar.
—Sí, lo sé, por eso le voy a preguntar a él. Además no quiero que haya fricciones por ese tema.
—Y tampoco podemos ignorar que es un Uchiha —añadió Jiraiya—. Los Uchiha siempre han estado entre los becados de Madara Uchiha y todos sabemos la influencia que ese hombre tiene en el instituto.
—Por eso le voy a preguntar a él, eso sí, la última palabra la tendremos nosotros.
...
Mientras esperaba a que Tsunade le atendiese, Sasuke jugaba al futbol, no con muchas ganas, con Naruto y otros alumnos que había por allí.
A un lado de la pista, sentados en las pequeñas gradas los miraban cuatro personas, tres en realidad, la cuarta, Shikamaru Nara, se había recostado y observaba las nubes. A su lado, un chico grande y fuerte, de abundante pelo castaño comía patatas de una gran bolsa que tenía sobre las piernas. Dos chicas, una rubia peinada con una coleta alta y otra con un curioso pelo rosado, que no paraban de gritar animando a Sasuke, conformaban el grupo.
Una supuesta falta había hecho que el partido se parase para que varios de los alumnos se enzarzaran en una discusión sobre quien tenía la culpa. Naruto aprovechó para dar saltos y mover los brazos tratando de llamar la atención de la chica del pelo rosado.
—¡Sakura-chan! ¡Sakura-chan!
—¿Quieres dejas de hacer ya el ridículo, dobe? —decía muy serio Sasuke.
—Quiero que Sakura vea lo... ¿Sasuke? ¡Eh! ¡Sasuuuuuke! ¿Te pasa algo?
—¿Quién es esa chica?
Una chica no muy alta, de pelo naranja, se había acercado al grupo y hablaba con ellos.
—¿Qué chica?
—Esa, la del pelo naranja.
Sasuke no podía creerlo ¿Era esa la chica de sus sueños? Imposible, con la que él soñaba tenía que ser mayor pero... se parecía increíblemente.
—Pues es Kumoyuki. Tío, lo dices como si fuera la primera vez que la ves, dattebayo.
—¿La conoces?
—¡Pero como no la voy a conocer! Es Kumoyuki. Sasuke, tío ¿qué te pasa? La conocemos desde la guardería.
Ahora la chica abandonaba el grupo para entrar en el instituto y Sasuke la siguió con la mirada.
—¿Estás seguro de que la conozco?
—¡Tienes que conocerla! Es Kumoyuki, ya sabes, la chica que tiraba piedras. Tío, tú no estás bien ¿Te encuentras mal? ¿Te has golpeado la cabeza? Lo que pasa es que tú eres muy "heliocentrico" y por eso no te acuerdas de ella.
—¿Heliocéntrico?
—Sí, ya sabes, solo piensas en ti mismo, por eso ni te has dado cuenta de que existe, es más, seguro que no eres capaz de nombrar a 10 de tus compañeros, ttebayo.
—¡Ah! Quieres decir que soy egocéntrico.
—Sí, eso es lo que quiero decir, que eres como muy egoísta. Y mira que es difícil no fijarse en ella ¡tiene el pelo naranja, tío! ¡y unas tetas enormes! Aunque creo que Hinata o Ino las tienen más grandes.
—Eres un baboso. El caso es que al verla me ha parecido conocida.
—Si es que tienes que conocerla por fuerza. Ella y Shikamaru se han pasado el curso anterior discutiendo y mi madre dice que Tsunade sospecha que ellos fueron los que provocaron el incendio en la exposición de ciencias, lo que pasa es que no puede demostrarlo pero yo creo que no, seguro que fue por culpa de Deidara y sus "cositas".
—¿Y que hace aquí un sábado?
—Será porque es del periódico ¿Qué pasa? ¿Qué te gusta?
—No digas tonterías, es solo que me ha parecido conocerla y no sabía de qué —Naruto se quedó mirándose entrecerrando los ojos—. ¿Qué miras tanto?
—Eres un tío muy raro, Sasuke Uchiha.
Desde las gradas, casi al lado de Shikamaru, Shizune llamaba a Sasuke y le hacía gestos para que la siguiese.
—Debe ser que Tsunade ya puede atenderme. Nos vemos, Naruto.
—Sí, aquí te espero.
Sasuke pasó al lado de Shikamaru que seguía mirando las nubes. Ninguno de los dos chicos hizo gesto alguno, se desentendieron el uno del otro. Y es que no podía decirse que se llevasen mal o bien, que fuesen amigos o enemigos, simplemente eran compañeros. Sasuke ignoraba a Shikamaru como ignoraba a los demás, le conocía porque alguna vez habían coincidido con Naruto, que era amigo de todo el mundo, pero apenas había hablado con él, sabía que se decía que Shikamaru era muy listo y que jugaba muy bien al shogi y poco más. Shikamaru sabía algo más de Sasuke, este era bastante famoso y además tanto Ino como Sakura o Naruto no paraban de hablar de él y sus "maravillas", no se podía decir que le cayese muy bien, más bien intentaba ignorarle de la misma forma que era ignorado por él.
Sin embargo, aunque ellos lo desconocían, aquel día no solo Sasuke había pasado al lado de Shikamaru, sus destinos también se habían cruzado, todo iba a cambiar entre ellos y estaban a punto de dar un giro en sus vidas que no podían imaginar.


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