Shikamaru bostezó, estaba en medio de la calle esperando a su mejor amigo, era un poco más temprano de lo habitual, tenía sueño y aunque estaba a punto de entrar el mes de Mayo aún hacía frio por las mañanas, así que la situación era de lo más problemática para él.
Volvió a bostezar y al abrir los ojos vio la gran figura de Chouji llegando hasta él con un ramillete de flores en una de sus manos.
Chouji era de constitución fuerte, fácil de reconocer, y además era el mejor amigo de Shikamaru desde que él tenía recuerdos, es más, no recordaba no haber conocido a Chouji y si no fuera por el aprecio que le tenía no estaría ahora a esas horas pasando frio en esa condenada esquina.
—¡Hey, Shika! ¡Ya estoy aquí! Siento llegar tarde.
—Al final resulta que le pongo yo más interés que tú-
—Lo siento, he pasado por la floristería Yamanaka a ver si me daban algunas flores pero ahora me arrepiento, creo que a lo mejor Ryuko se va a dar cuenta.
—¿De qué se va a dar cuenta? ¿De que la acosas?
—No la acoso, no digas eso.
—Anda, vámonos, no sea que al final lleguemos tarde —Introdujo su mano en uno de los bolsillos del pantalón y tocó un objeto pequeño y de una textura fácilmente reconocible. Sonrió al sacarlo del bolsillo y verlo, era un borrador que Akane le había lanzado durante una de las clases.
—¿Qué es eso?
—Es el trofeo de una batalla —contestó tirándolo hacia arriba y cogiéndolo de nuevo al caer.
—No te flipes. Es un borrador, uno de tantos de esos que te lanza Akane; no sabía que los guardases, ya me preguntaba yo donde terminaban.
—Son trofeos de batalla, ya te lo he dicho.
—Oye, Shika, estaba pensando que ¿No le molestará a Ryuko que lleguemos antes? Es que yo creo que se nota que voy por verla.
—Claro que se nota, eres todo un acosador, lo extraño es que no te denuncie. Yo lo habría hecho ya.
En el instituto de Konoha eran los propios alumnos los que se encargaban de la limpieza de las aulas. Cada semana eran nombrados dos en cada clase que tenían la obligación de ir antes de la primera hora y ocuparse de que el aula estuviese limpia y ordenada. Esa semana le había tocado el turno de limpieza a Ryuko y Chouji había decidido en tener un detalle que a él le parecía simpático, aunque ahora comenzaba a arrepentirse.
—Buenos días —habló nervioso Chouji al ver a Ryuko desde la puerta del aula.
—Buenos días, Chouji. Que pronto has venido hoy.
—Sí, es que... bueno, es que tenía que pasar por la floristería de Ino y mira, me han dado un ramo de flores y he pensado que podrías... bueno, en fin...
—Claro, darán un aire acogedor al aula. Muchas gracias, tu siempre tienes detalles así como estos.
Shikamaru bostezaba, puede que esos dos fueran los más tímidos del instituto y precisamente tenían que haberse fijado el uno en el otro.
—Buenos días, que yo también estoy aquí, por si no lo habíais notado —Se escuchó otra voz femenina.
—No te esfuerces, Jisei —añadió una nueva voz también de chica— Creo que ni te escuchan.
—Claro que os oigo —Se defendió Chouji—. No estoy sordo.
—¿Me acompañas a por una botella o un vaso para poner las flores? —Propuso con algo de vergüenza Ryuko.
—Claro, vamos.
—Buenos días, chicas —saludó entrando Shikamaru—. No sé por qué no me sorprende que estéis aquí las dos, bueno, a ti, Jisei, te había tocado limpiar con Ryuko pero ¿qué hace aquí la calabacita?
—Ya sabes ¡Las tres somos una!— rio Jisei mientras ponía una pose dramática para decir esa frase.
Jisei y Akane eran las mejores amigas de Ryuko y formaban un trio inseparable al que Shikamaru denominaba "la triada del mal". Jisei era una chica alta, esbelta y muy guapa. Tenía el pelo largo, liso y negro y sus ojos eran grandes y de un intenso color verde oscuro, aunque para sus amigos y la mayoría de sus compañeros eso no era lo más característico de ella.
Akane, sentada en su pupitre, parecía muy apurada haciendo unos ejercicios. Shikamaru se quedó mirándola mientras depositaba su cartera encima de su mesa.
—¿Qué haces, calabacita? ¿No te ha dado tiempo a terminar los deberes?
—Es evidente que no.
—No la molestes mucho —indicó Jisei—. Hoy tiene el aura de lo más alterada.
Eso era lo más característico y a la vez excéntrico de Jisei, que aseguraba "ver las auras" de las personas y tener sueños premonitorios, además le encantaba echar las cartas, leer las manos y hacer toda clase de amuletos, lo que la convertía, sin duda alguna, en una de las chicas más extravagante del instituto.
Un chico entró en el aula y Shikamaru chasqueó la lengua molesto. Era Sasuke Uchiha y aunque era muy popular no se podía decir que Shikamaru fuese uno de sus fans.
—Buenos días, Uchiha —saludó con un evidente tono de desgana al ver que este entraba sin saludar.
—Buenos días —Sasuke miró de forma desafiante a los ojos de Shikamaru que le devolvió la misma mirada— Hola, Kumoyuki —Se dirigió a Akane mientras se sentaba en la mesa que había a la izquierda de la de la chica— .¿Qué haces?
—Está haciendo los deberes que no hizo ayer, a saber por qué —contestó Shikamaru sentándose en su sitio.
—Ya está el listo que todo lo sabe abriendo la boca ¿Por qué no te metes en tus asuntos, ciervito? —gruñó Akane malhumorada—Ayer uno de mis hermanos se puso enfermo y tuve que llevarle al médico —explicó a Sasuke con más suavidad.
—Ya te he dicho que hoy tenía el aura alterada —susurró Jisei a Shikamaru—. ¿Para que la provocas?
—Si quieres puedes copiar mis deberes —decía Sasuke a Akane.
—Gracias, pero no.
—¿Que dices? —intervino con burla Shikamaru—. Tiene que hacerlo ella solita, si no los hace ella sola lo mismo le da algo.
—Para ser tan temprano tienes mucho ánimo, ciervito.
De repente Shikamaru sintió la mirada de Sasuke clavada en él; que molesto era ese chico. Dejó la cartera en el suelo y se dispuso a acomodarse y dormir un poco, seguramente le daría tiempo a echarse un sueñecito que le vendría muy bien.
Ryuko y Chouji regresaron con un vaso y una sonrisa bobalicona en sus caras, una de esas sonrisas que se te pone cuando estás con la persona que te gusta e intentas ser simpático y ocurrente a la vez que reír sus gracias.
—Jisei —Ryuko hizo un gesto a su amiga para que se acercase a ella—. ¿Qué hace él aquí?
—¿Sasuke? Supongo que habrá venido a clase—ironizó Jisei.
—Quiero decir en ese sitio otra vez. Te ha vuelto a quitar tu sitio. Te dije que pusieras tus cosas en la mesa para que se viese que estaba ocupada
—Es que quería comprobar una cosa, una teoría.
—Pues a mí no me gusta que se siente siempre ahí, me parece que quiere algo.
En vista de que le había vuelto a quitar su sitio al lado de su amiga Akane, Jisei fue a sentarse detrás de ella, tampoco es que le importara mucho, es más, desde ahí podía observar cómodamente el aura extraña de Sasuke.
Jisei miró a su alrededor, había "algo" en el ambiente, no sabía explicar lo que era pero ella lo notaba. Resopló y sacó de su cartera una baraja de cartas, siempre llevaba con ella alguna baraja de cartas o sus runas porque nunca se sabía en que momento podría necesitar hacer una consulta.
Comenzó a barajar las cartas mientras observaba a sus compañeros, a Shikamaru dormitando con la cabeza apoyada en sus brazos, a Ryuko y Chouji hablando como también hablaban Temari y Neji, Sai dibujaba en silencio, como siempre, Hinata miraba hacia la puerta, tenía la punta de sus dedos, lo único que se veía saliendo de sus largas mangas, juntas, tocándose y Gaara intentaba disimular haciendo que no la miraba. Shino y Kiba entraban en el aula, este último no pudo resistir la tentación de acercarse a Shikamaru y darle una colleja para luego reírse de la confusión de su compañero.
—¡Vas a echar las cartas! —exclamó Tenten agarrando una silla y sentándose al lado de Jisei—. ¿A quien se las vas a echar?
—Hola, Tenten —Jisei la miró y sonrió, Tenten le caía muy bien, era una chica simpática y siempre llevaba el pelo recogido en esos dos moños que a Jisei se le antojaban como las orejas de un panda—. A nadie en particular, echo las cartas a todos en general., es por el ambiente, la energía que tenemos a nuestro alrededor ¿No lo notas?
—El profesor está a punto de entrar ¿Por qué no las echas mejor durante la comida? Y así me enseñas a mi, me gustaría mucho saber leerlas.
—Si, será mejor que no lo haga ahora, no me daría tiempo.
El resto de las horas de clase, incluida la comida, transcurrieron dentro de su rutina habitual. Después de las clases Sasuke fue a su casa, merendó y comunicó a su madre que volvía a marcharse porque había quedado con Naruto.
Apetecerle no la apetecía pero ya había dicho que iría. Por lo visto esa tarde había una competición de judo en el polideportivo de la ciudad, no era una competición importante, era algo entre institutos, sin más importancia que servir como apoyo al entrenamiento, una competición amistosa. Sakura participaba en esa competición y aunque no era relevante si le había ilusión que sus amigos fueran a apoyarla.
De pequeños, Naruto, Sasuke y Sakura iban a judo pero tanto Naruto como Sasuke lo abandonaron cuando comenzaron otros deportes como futbol o kendo y no podían dedicarle tanto tiempo. Sakura no, ella había continuado y podía ser ya cinturón negro de no ser porque aún no tenía los 18 años y las normas de la federación lo impedían.
Naruto y Sasuke se encontraron con Ino en el sitio donde habían quedado, a la entrada del polideportivo. Los tres se dirigieron a la cancha de balonmano, lugar donde se habían puesto unos tatamis. Los participantes, vestidos con sus judogis iban y venían, algunos incluso ya estaban compitiendo.
—¿Llegamos tarde? —preguntó Sasuke mientras caminaban entre las gradas siguiendo a Ino que parecía saber muy bien donde tenían que sentarse.
—No, estos son los pequeños. Sakura aún no ha comenzado ¡Mirad! ¡También han venido Chouji y Shikamaru! ¡Eh, Shika! Vamos con ellos.
Aparte de Shikamaru y Chouji estaban también Jisei, Ryuko, Shino, Kiba y Tenten.
—¿Habéis venido también a ver a Sakura? — preguntó Naruto.
—No seas tonto, Naruto —respondió Ino—. Ellos habrán venido a ver a Akane ¿A que sí?
—Hemos venido con Akane —puntualizó Shino—, pero vemos a todos nuestros compañeros.
—Mirad, ahí está Lee —indicó Tenten señalando hacia uno de los tatamis.
—Lee hoy viene de jefecillo —rio Kiba.
—Es que Maito Gai no puede venir y ha mandado a Lee, su alumno más destacado como jefe del equipo.
—¡Bravo por ti, cejotas! —gritó Naruto—. Que pasote de Lee, dattebayo, es muy bueno y ya es cinturón negro y todo.
—¡Vamos, Akane! —Jisei se levantó de repente para jalear a su amiga.
—No sabía que Akane hiciese judo —comentó Sasuke a Naruto mientras ambos se sentaban en la fila de detrás.
—Claro, de toda la vida. Venía con nosotros a judo ¿No te acuerdas?
—Te juro que no me acuerdo.
—Tio, eres un desastre ¡Pero si era nuestra compañera!
—Akane de pequeña parecía un niño —intervino en la conversación Jisei girándose—, tenía el pelo corto y cara de mala leche.
—¡Claro, por eso no te acuerdas de Akane, ttebayo! ¡Creías que era un niño! ¡Ahí está Sakura! ¡Vamos, Sakura, cómetelas a todas!
—¿Y las gafas de Akane? —preguntó de pronto Ino.
—Las tengo yo —respondió Jisei—. No ha traído las adaptadas para hacer deporte y estas se le pueden caer y romper.
—¿Y ve sin ellas?
—Tampoco es que sea un topo que no vea nada —añadió Chouji.
Los combates iban sucediendo de forma rápida y varios simultáneos a la vez. Sakura y Akane iban venciendo cada una a sus contrincantes hasta que tuvieron que enfrentarse entre ellas.
Tras el combate, que ganó Sakura, ambas se saludaron y después se abrazaron. Sakura pasaba a la final y Akane aprovechaba su derrota para ir hasta donde estaban sus amigos que al verla acercarse empezaron a aplaudirla.
—¡Enhorabuena, campeona! —exclamó Kiba.
—Menuda pintas que traes —comentó Shikamaru ante una Akane con una coleta que ya estaba medio caída y poco pelo sujetaba.
—¿Te molesta, ciervito? —Akane comenzó a colocarse el kimono que de tantos combates tenía bastante descolocado, se quitó el cinturón y volvió a ponérselo.
—No has podido con Sakura, ttebayo.
—Es que Sakura es muy burra.
—¡Sakura es la mejor!
—No seas maleducado, Naruto —Le recriminó Sasuke viendo como Akane se rehacía ahora la coleta—, no se hace leña del árbol caído.
—Es igual, no me causa ningún trauma, he hecho todo lo que he podido. Hala, ya estoy mas decente ¿Contento, ciervo? Solo me faltan las gafas, gracias Jisei, por fin ya os veo bien.
—Toma, Akane —dijo Chouji ofreciéndole una pequeña caja—. Te he traído unas bolas de arroz para que recuperes energía.
—Ay, gracias, Chouji, te lo agradezco un montón, ahora estoy que me muero de hambre ¿Tenéis agua?
—Chouji es muy detallista —comentó Tenten—, siempre está pendiente de que no nos muramos de hambre.
—¿A Akimichi le gusta Akane? —preguntó Sasuke en voz baja.
—¡Pero que dices! A Chouji le gusta Ryuko, eso lo sabe todo el mundo, tio, a ver si te das cuenta de las cosas.
—Que buenas están, Chouji ¿Queréis vosotros? —Akane mostraba la caja con un par de bolas de arroz más.
—¡Anda ya! Quita eso de mi vista —Se quejó Ino—, y tú no deberías comerlas tampoco, luego te quejarás de que se te van a las caderas.
—Deja ya de meterte con mi culo, yo no lo veo tan mal.
—Lo digo por tu bién. Mira a Chouji como se le nota todo lo que come.
—Akane acaba de gastar mucha energía —habló Kiba—, es normal que coma.
—Y Chouji hace una comida riquísima —añadió Tenten—, yo si voy a tomar una ¿La compartimos, Kiba?
Después de comerse una bola de arroz y dejar otra por si a Sakura le apetecía, Akane se marchó para ducharse y cambiarse de ropa.
Sakura y Lee se unieron a ellos, Sakura ya se había duchado y vestido de calle. Todos felicitaban a Lee por su gran trabajo como sustituto del profesor y a Sakura por haber vencido y Sasuke se dio cuenta de que compartir esos momentos había sido muy agradable. Hacía tiempo que no estaba tan relajado, igual que el día que se encontraron a Akane y Shino en el Burger. No es que nunca estuviese relajado con Naruto o con Sakura, pero si era una sensación distinta.
Al llegar el momento de separarse Naruto propuso ir a jugar unos futbolines pero no todos estuvieron de acuerdo, Akane, por ejmplo, debía volver a casa, según decía tenía que preparar la cena porque su madre no estaba. Sasuke fue otro de los que dijo que le apetecía y prefería volver caminando a casa.
Sakura se quedó perpleja y a punto estuvo de decir que ella también regresaría dando un paseo pero pensó que era mejor no atosigarle, Ino le había dicho que era mejor darle un poco de espacio porque a lo mejor se sentía un poco acosado.
Sin embargo Ino dijo que quería ir con Shikamaru y Chouji y resultaba que Sasuke iba a ir con ellos, aunque no pretendía seguir a Sasuke, lo que quería era hablar de cierto tema con Shikamaru y esperaba poder estar un rato a solas con él.
Naruto, Sakura, Kiba y Tenten se marcharon por un camino y el resto empezaron un agradable paseo de vuelta por el parque.
Encabezando la marcha iban Akane y Jisei, un poco por detrás Chouji y Ryuko. Shikamaru muy sutilmente se había retrasado unos pasos de la "parejita", a su lado caminaban Shino, Ino y Sasuke.
—¿Os gusta la primavera? —dijo Akane girándose y caminando de espaldas para mirarlos a todos.
—Seguro que a Shino, con la de bichos que salen, le encanta —comentó Jisei.
—Dicen que en la primavera el amor está en el aire —continuó Akane mirando de reojo a Ryuko—. ¿Tú que crees, Chouji?
—La primavera es deprimente —opinó Shikamaru.
—Lo que pasa es que tu eres un soso —Pareció quejarse Ino—. No tienes ni pizca de romanticismo.
—A lo mejor a Shikamaru le deprime la primavera —habló Ryuko—. He leído que hay personas a las que le entra melancolía y una cosa que se llama "astenia primaveral".
—Eso es que te sientes cansado —explicó Sasuke—, yo también lo he oído.
—¡Pues lo que le faltaba a Shika! —rió Chouji.
—Este no necesita la primavera para estar cansado —puntualizó Akane—, estar cansado es su estado natural .
—La primavera la sangre altera —continuó Ino—. A mi me entra así como una cosilla por dentro, como un calorcillo y un no se qué ¿a vosotros no?
—¡Que cosas dices! —exclamó Akane—. A estos esa cosilla les entra durante todo el año ¡no tienen sitio para más en el cerebro!
—A Akane tampoco le sienta bien la primavera —sonrió Jisei—, como que le da alergia la alegría y el amor.
—Pero eso es porque tampoco tiene romanticismo —añadió Shikamaru.
—Según tu, ciervo, lo que no tengo es corazón.
—Mendokusei... yo no he dicho que no tengas corazón, solo que lo tienes congelado.
—Frígido, dijiste que mi corazón en frígido.
—Vale, vale —intervino Jisei—, no empecemos otra discusión sin sentido. Estábamos hablando de la primavera y que a Ino se le altera la sangre ¿Nadie más siente el romanticismo de la primavera?
—¿No habéis visto las caritas de tontos que se les pone a los chicos cuando ven a una chica que les gusta? —dijo Ino.
—Las caras de pervertidos, querrás decir —aclaró Akane.
—Parece que has tenido una mala experiencia en primavera —habló Sasuke.
—Pues ahora que lo dices, si que la tuve. Eso me pasó por sentir mi sangre alterada y fijarme en quien no debía o mejor dicho, en quien tenía horchata por sangre.
Shikamaru suspiró y miró al cielo.
—Creo que eso va por ti, Shika —rió Chouji.
—¿Vosotros habéis salido? —Se interesó Sasuke.
—Que va, le pedí salir pero aquí el "Casanova" me dio plantón.
—Yo no te di plantón ¿Quieres que les diga lo que me hiciste tú?
—Cada uno tiene una versión de lo sucedido —intervino Shino—. No importa lo que pasase, ya ha pasado casi un año.
—En realidad a mi me gustaría saber lo que pasó —dijo Chouji—. Nunca lo habéis contado del todo.
—Es cierto —dijo Ryuko—. ¿Qué pasó que no llegasteis a salir?
—No sabía que habíais estado a punto de salir —comentó Ino—. Shika, eso no me lo contaste.
—No hay nada que contar. Akane me pidió una cita y luego se arrepintió.
—¿Pediste una cita a Shika?
—Todos cometemos errores, pero mira, de errores se aprende ¿Ves, Ryuko? No pasa nada por pedirle una cita a un chico.
—Pues por lo que parece, si.
—Pero eso fue porque éste es un pusilánime y yo no le gustaba pero cuando una sospecha, tiene indicios, la gente le dice que le gusta a un chico...
—No insistas —dijo Jisei—. Ryuko no es como tu y nunca se atreverá a pedir a nadie una cita, es de las que esperarán a que el chico se decida.
—Esperará y se desesperará.
—A... a veces —habló tímidamente Chouji—, da miedo... digo declararse. Lo rechazos duelen mucho. Mira, tu tuviste una mala experiencia ¿Te atreverías a hacerlo de nuevo?
—Desde luego que si que lo intentaría.
—Es que si te dicen que no debe ser muy humillante —recalcó Ryuko.
—Lo cual no deja de ser absurdo. Es una pérdida de tiempo estar esperando, si quieres algo levántate y trata de conseguirlo.
—¿Tu te atreves a pedirle salir a un chico? —se interesó Sasuke.
—Si me gusta mucho claro que si ¿Qué tengo que perder? ¿Qué me diga que no? Bueno, pues con el no ya voy, de ahí en adelante solo se puede mejorar.
—A veces las cosas son mas complicadas de lo que parecen —intervino Shikamaru—. No solo se trata de ir por ahí diciendo lo que piensas, a lo mejor una amistad está en juego, a lo mejor si le pides salir a alguien te gusta y te rechaza esa amistad se rompe y no quieres que eso pase.
—Pues nada —Akane se cruzó de brazos—. No hagamos nada para intentar conseguir lo que deseamos, dejémoslo todo en manos del destino, o mejor aún, en las manos de un chico que quizás es tan indeciso o tan vergonzoso como nosotros, esperemos y esperemos a ver si un dia se produce un milagro.
—¿Y alguna vez te han rechazado? —interrogó Shikamaru—. A lo mejor es que no sabes lo que duele que te rechacen.
Akane le miró, se colocó delante de él mirándole fijamente y sonriendo.
—Claro que se lo que es un rechazo ¿Quieres que te vuelva a pedir salir a ti, a ver que haces, ciervito? A lo mejor vuelves a rechazarme.
Shikamaru se quedó algo aturdido, realmente no sabía como reaccionar, puede que fuera un chico muy inteligente, pero cuando Akane le miraba así siempre le noqueaba.
—No, claro —continuó Akane—, tú no sabes decir que no a ninguna chica ¡Oh! Espera, a mí si, yo sería la única a la que rechazases ¿a que si? Mira, Chouji Si te gusta un chico o una chica pues dile algo porque si no pues no sabrás lo que te contestaría ¿y si te dice que si? Lo mismo es igual de pavo que tú y no se atreve a decirlo.
Akane miraba a Ryuko y a Chouji, lo hacía descaradamente, no iba a disimular, lo había dicho por ellos.
—El miedo al rechazo puede ser muy fuerte —insistió Chouji—, y si ya te han rechazado o se han burlado de ti, todavía es peor. No todos no tenemos miedo, como tú, a tropezar dos veces con la misma piedra.
—Ya, pero eso se supera —Ahora dirigió su mirada a Shikamaru—. Hay cosas peores que hacen más daño y también se superan.
Ino observaba a Shikamaru, éste sonreía con cierta amargura mientras sacaba su paquete de tabaco.
—La verdad es que Akane tiene razón —habló Ino—. A veces hay que lanzarse a por el chico que te gusta porque puede aparecer otra y quitártelo.
—Pero Chouji también tiene razón, el miedo al fracaso a veces te paraliza —confirmó Ryuko.
—Será eso. Quizás es que yo tengo demasiado asumido el fracaso.
—Porque una vez te hayan rechazado no quiere decir que lo hagan siempre —opinó Sasuke.
—En el fondo Akane tiene tanto miedo como los demás —dijo Shikamaru—, pero se escuda en su frialdad y en decir que no le importa.
—No te creas que no me duele que me rechacen —habló realmente molesta Akane—, claro que me duele, solo digo que eso se supera y mira, al menos ya sabes con quien no tienes que perder el tiempo.
—Yo entiendo a Akane —dijo Ino—, es que ella no es una chica popular a la que los chicos le pidan salir y claro, si ella no se arriesga pues nunca va a salir con un chico, salvo que sea Shino, que ya ha salido con él, pero Shino no cuenta, son amigos, todos lo sabemos y también mas raro que un bicho verde, no te ofendas, Shino, pero lo tienes difícil para que una chica te pida salir.
—Gracias por los ánimos, Ino.
—¿En que nunca le has gustado a nadie, Akane? —preguntó Sasuke.
—Tengo la cabeza naranja, creo que eso me da mala fama.
—Y tu mal genio también ayuda —añadió Shikamaru.
—Hombre —Ignoró a Shikamaru—, no digo que alguna vez no le guste a alguien, pero hoy por hoy tampoco me quita el sueño.
—Ino también pide citas a los chicos —dijo Shino—, a Sai le pediste una cita, tengo entendido.
—Es que es lo que dice Akane, si no le pido salir un día a Sai él nunca me lo hubiera pedido a mi, por mas indirectas que le mandé no se enteraba de nada. A mi me gusta conocer a gente, si un chico me parece interesante me gusta conocerlo y si es guapo mejor que mejor ¿a quien le amarga un dulce? Y es que en primavera me pongo muy bruta, lo reconozco, me gustan los chicos guapos.
—Somos humanas al fin y al cabo.
—Eso no lo tengo yo tan seguro —añadió Shikamaru—. Sois de lo más problemáticas.
—Claro, los chicos podéis fijaros en las tías buenas y decirles piropos y burradas ¿Por qué nosotras no?
—Eso es verdad —Se quejó Ino—. ¡Las chicas también tenemos derecho!
—Ya, pero una chica no debería portarse así.
—¡Ya estamos con tus tonterías y tus teorías de macho! —gruñó Akane.
—Bueno —interrumpió Ino—, yo tengo sed, voy a comprar una botella de agua.
—Espera, Ino —dijo Chouji—, voy contigo, me apetece algo de picar.
—¿A ti te han rechazado alguna vez, Shikamaru? —preguntó Jisei.
—A él no le han rechazado nunca porque nunca le ha pedido salir a nadie —contestó enfadada Akane—. Es a él a quien le piden salir las chicas.
—¿Por qué supones eso? ¿Por qué supones que son las chicas las que me piden salir a mi?
—Porque tú eres un vago que ni te esfuerzas en eso.
—Pero según tú soy un machista, así que debería ser yo quien pidiese salir por eso de que soy un antiguo y mi honra de macho se vería dañada. Tú hablas mucho pero seguro que eres de las que espera a que un chico se te declare.
—No digas eso —habló Jisei—, sabes que Akane no tiene paciencia para nada.
—Olvidé que no es una de sus virtudes.
—Pues mira, ya me he emocionado y voy a aprovechar, Sasuke ¿No te gustaría salir un día conmigo?
—Menos mal que lo has dicho porque estaba pensando en pedirte que saliésemos alguna vez a tomar algo.
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