Ino y Shikamaru entraron en la sala de profesores.
—Creo que aquí estará bien —Ino señaló la mesa de juntas— . Y dime ¿Querías hablarme de algo?
—Pues si, la verdad, si.
—¿Me vas a hablar de amor, Shika?
—No, tranquila, no me he enamorado de ti.
—Si, eso es lo que siempre dices.
—Ino quiero hablar sobre... sobre las pastillas que me pediste.
Ino le miró entre incrédula y sorprendida.
—¿Me las vas a conseguir? Te dije que te las pagaría.
—Ino yo...
Eso era difícil para Shikamaru, había estado pensando mucho sobre ese tema. No quería conseguírselas, podía, en realidad no era muy complicado, sus padres eran propietarios de una farmacia y un herbolario, él sabía como "vendéselas", no era ese el problema. El problema era que no debía hacerlo, las medicinas no son cualquier cosa, Shikamaru eso lo tenía muy claro, las medicinas eran algo importante y valioso, algo que solo se debe de utilizar cuando verdaderamente se necesita, no puede tomarse uno cualquier cosa a la ligera, esa norma, que incluía "no vender a cualquiera lo que te pida", era algo que sus padres repetían continuamente; las medicinas solo podían ser administradas por alguien competente y por una razón justificada.
No le importaría dárselas si algún médico ya hubiese atendido a Ino y le hubiera recetado esas pastillas, entonces sabría que no eran peligrosas para ella. Pero, no era el caso, ella había oído hablar de esas pastillas y se empeñaba en probarlas, por lo visto estaba garantizado que funcionaba.
A Shikamaru no le parecía nada bien darle esas pastillas pero sabía, porque conocía a Ino desde hacía muchos años, que si él no se las conseguía, ella las buscaría por otro sitio, recurriría a... ¡vete tú a saber qué métodos para conseguirlas y de quien! Tenía conocimiento de que ciertas personas consiguen casi todo lo que se les pide y luego te las venden por un "módico precio", eso sin contar con que existía Internet y por Internet te venden todo lo que necesites. El pensar que mierda podría llegar a conseguir Ino era para él más preocupante que cualquier otra consideración.
Lo mejor sería convencerla para que olvidase el tema, claro que a Ino no había forma de convencerla, al contrario, cuanto más insistiera, más se empecinaría la chica. Y luego estaba el problema de que, si no conseguía las condenadas pastillas, lo mismo le daba por algo peor, como no comer o vomitar. La obsesión por estar delgada no era un tema para no tener en cuenta.
Así que Shikamaru había ideado un plan, un plan desesperado que esperaba funcionase, al menos durante un tiempo, a ver si mientras entre él, Chouji y Sakura podían hacerla entrar en razón o a él se le ocurría una estrategia mejor.
A parte de la farmacia y el herbolario, los Nara tenían unos laboratorios, allí era donde normalmente ellos mismos elaboraban los productos "naturales" que vendían en el herbolario. Ino no quería nada de "hierbas", no creía en ellas, decía que era imposible que unos hierbajos hiciesen algo bueno en el organismo, así que no quería oír ni hablar de "remedios naturales", pero Shikamaru sabía de muchas plantas con propiedades diuréticas, lo único que se le había ocurrido era conseguir las malditas pastillas que Ino tanto deseaba y darle el cambiazo por otras cápsulas de, por ejemplo, cola de caballo, solo necesitaría convencerla de que eran auténticas pastillas aunque no tuvieran etiquetas.
—¿Me las vas a dar o no?
—Nadie da nada a cambio de nada.
—¿Ya te he dicho que te las pagaré?
—No es dinero lo que quiero.
—¿Y que quieres? ¿Sexo? ¿Quieres me enrolle contigo?
—Mendokusei, no quiero que te enrolles conmigo, todavía no estoy tan salido para recurrir a esas cosas.
—No te arrepentirás, te lo prometo, ya verás que me lo agradecerás.
—Ino, por favor, te estas descontrolando, no digas más tonterías, no quiero volver a oír algo así, te estás ofendiendo a ti misma y de paso a mí.
—¿Es que crees que te estoy ofreciendo acostarme contigo?
—¡No sé que me estás ofreciendo pero sea lo que sea no suena bien!
—¿Cómo que no suena bien? ¡No te estoy ofreciendo nada malo! Solo...
—¿Solo, que? Ino, me estás poniendo muy nervioso. Te comportas de una forma muy rara. Prométeme que nunca le dirás esto a nadie más.
—¡Pues claro que no se lo diré a nadie mas! ¿Qué te crees que soy? ¿Qué me estás insinuando, Shikamaru?
—No se, tu dirás lo que parece.
—Pues parece que soy una amiga dispuesta a ayudar a un amigo.
—Esa ayuda es la que me mosquea.
—Me refiero a... es inútil, los hombres sois todos iguales, unos salidos, enseguida pensáis que os ofrecen sexo.
—Ahhhh.... Pues si no era eso lo disimulabas muy bien.
—¡Pues claro que no! Solo quería ayudarte, darte consejos, hablar con la chica que me dijeras y decirle lo estupendo que eres¡No sé que piensas de mí!
Ino salió casi corriendo de la sala de profesores con lágrimas en los ojos.
Shikamaru suspiró. Realmente la había entendido mal, vale, quizás era muy mal pensado pero es que sabía como era Ino y sabía que cuando se encaprichaba con algo no medía la consecuencia de sus actos y también sabía que esa obsesión suya por adelgazar la llevaba a no razonar con lógica. Quizás estaba siendo demasiado alarmista, quizás no estaba tan descontrolada como él pensaba.
No era la primera vez que Ino tenía problemas de anorexia, cuando tenía 12 años comenzó a dejar de comer gradualmente y hacía muchísimo ejercicio; fue el hecho de levantarse en plena noche y ponerse a hacer limpieza en su cuarto lo que alarmó a sus padres, era su forma de quemar calorías, cuando se acostaba con la sensación de haber ingerido demasiadas no podía dormir, se levantaba y comenzaba a limpiar todo, haciendo movimientos exagerados, agachándose y levantándose una y otra vez, eran sus "ejercicios". Aquella vez fue fácil detectarle los problemas de nutrición pero Shikamaru sabía que si recaía no iba a ser igual, ella era lista y había aprendido de sus errores, ya no la pillarían tan fácilmente.
—Espera, Ino... espera... te las daré.
Ino se detuvo y le miró llorosa.
—¿A cambio de qué?
—De que me prometas comer, por favor, prométeme que no dejarás de comer y que no vomitarás.
—Pues claro que no vomitaré, los vómitos estropean los labios y yo quiero estar perfecta Shikamaru, perfecta, solo quiero eso. No es que quiera adelgazar, es que no quiero engordar ¿No me puedes entender? Me aterra la idea de engordar, de no controlar mi cuerpo, solo quiero poder controlarlo, tener el peso que yo quiero, solo eso ¿Es tanto pedir querer verme bien? Shikamaru, necesito verme bien, necesito... tengo que estar bien... si no me veo bien me... es mi cuerpo y necesito saber que lo controlo... que...
La voz de Ino se iba desgarrando por momentos, las lágrimas comenzaron a resbalar por sus mejillas, sus ojos reflejaban una desesperación tremenda, una desesperación nacida de sentirse impotente. Shikamaru sintió una gran pena por ella.
—Ino —Se acercó a ella y la abrazó, la chica apoyó la cabeza en sus hombros y comenzó a llorar desesperadamente—, tú no estás sola, se que te sientes sola e incomprendida pero... ¡Mierda! —masculló entre dientes.
Allí, frente a él, Akane miraba toda aquella escena que se había montado.
—¿Te pasa algo, Ino?
Ino se separó del chico y se secó las lágrimas con las manos.
—No... es que... me ha entrado polvo... ¡Es tardísimo! Me tengo que marchar... ¡Hasta mañana!
Ino se giró y a paso bastante ligero se alejó de ellos. Shikamaru dudó unos instantes, su lógica le decía que debía seguir a Ino.
Akane se quedó mirando como se marchaba sin dirigirle ni una mirada. Suspiró y también se marchó de allí, encaminándose hacia el cuarto de la limpieza. Ella, Ryuko y Chouji habían encontrado el acceso en el techo a la buhardilla que mencionó Tsunade, pero era imposible abrirla sin una escalera, así que Chouji fue a buscarla y ella a llamar a Shikamaru para que le ayudara. Bueno, pues le ayudaría ella, no era imprescindible un chico.
—¿Y Shikamaru?
—Está ocupado. Yo te ayudo. Venga, vamos.
—¿Podrás
—Es una escalera, no un piano.
Mientras subían, con bastante dificultad, Chouji pensó que era un buen momento para preguntarle algo.
—Akane ¿Te puedo hacer una pregunta algo personal?
—¿Cómo de personal?
—No lo se, más bien es una curiosidad.
—Va, suéltala.
—No pienses cosas raras. Es que antes le he preguntado a Shikamaru por...
—¿El puñetazo de Shino? ¿He acertado?
—Pues sí, es que yo no lo sabía.
—¿Nunca te dijo que entre él y Shino había habido más que palabras? Aun que la verdad, palabras fue lo que menos tuvieron.
—No, nunca ¿Y sabes? Yo creía conocer a mi amigo.
—Y le conoces. Supongo que se sintió tan humillado que prefirió callárselo hasta que fuera solo un recuerdo.
—Eso pega con Shikamaru.
—No creo que lo hiciera por no tener confianza contigo, tampoco que quisiera ocultarlo, no lo habría mencionado si fuese así.
—Si, supongo que a veces algunas cosas hay que dejarlas... cicatrizar.
—¡Qué trágicos nos estamos poniendo! Solo fue un cambio de ideas algo brusco.
—¿Tú lo sabías?
—Pues si.
—Me dijo que fue por una chica.
—Yo diría que hubo más elementos implicados.
—Y mi pregunta es: ¿Eres tú esa chica?
—¿No te lo ha dicho él? —Akane hizo un gesto como de enojo.
—No ¿Fue por ti?
—¿Qué te hace suponer eso?
—Porque Shino es muy amigo tuyo.
—Ya, pero Shino tiene más amigas.
—Si, también había pensado en Jisei, como dijo que lo vio...
—Pues tienes razón —Akane dio un largo suspiro—. Yo soy esa chica.
Chouji no sabía que responder, no se esperaba una contestación tan directa.
—En realidad te diría que esa chica, llamada Akane, desapareció aquel día.
—¿Cómo puede ser? ¿Entonces es verdad?
—Al menos Shikamaru ha tenido el valor de reconocerlo, supongo que ya pasó todo. Pero no te equivoques, no pegó a Shino porque yo le gustara y los celos le cegasen, no, no fue así. Los chicos tenéis la manía de resolver las cosas a puño limpio, eso fue todo, por cierto ¿Se ha hecho la victima o te ha contado que él le rompió la nariz a Shino?
—Pero...
—Mira, si quieres pensar que fue por celos puedes hacerlo pero ¿sabes? él, menos que nadie, tenía derecho a sentir celos porque ya había renunciado a esa chica y si en algún momento sintió algo por ella ya lo había olvidado.
—No me dijo eso él.
—¿Y que te dijo? ¿Algo lleno de drama?
—No fue lo que me dijo con palabras, si no con sus silencios. Akane, yo creo que aún siente algo.
—Chouji, eres un buen chico —cortó bruscamente—. Eres demasiado inocente y no quiero enfadarme contigo, por eso, escúchame bien lo que te voy a decir: Yo nunca le he gustado a Shikamaru, no le gusto y nunca le gustaré.
Chouji se quedó helado, después de aquella sentencia no se atrevió a volver con el tema.
...
La mañana del martes parecía una mañana cualquiera. Shino caminaba por los pasillos del instituto al lado de Kiba, unos pasos por delante de ellos iba Sasuke como siempre franqueado por Sakura e Ino. Kiba hablaba y hablaba de algo que Shino no prestaba mucha atención, le resultaba más interesante escuchar lo que Ino iba contando.
Ino relataba con todo detalle lo que había pasado la tarde anterior, naturalmente desde su punto de vista y recalcando el miedo que ella pasó, porque, ya se sabía Zaku era capaz de pegar a Akane y de paso a ella.
—¿Le hizo algo a Akane? —preguntó secamente Sasuke
—No, no, solo fue la amenaza, el susto, ya sabes como es Zaku de violento.
—Bien —dijo Sasuke sin demostrar ninguna emoción—, id a clase, yo tengo algo que hacer.
Se separó de las chicas y cambió el rumbo de sus pasos.
—¡Hola Sakura, Ino! —gritó Kiba—. ¿Qué tal?
Kiba se adelantó poniéndose al lado de las chicas. Shino se quedó parado observando a Sasuke. Kiba comenzó una alegre conversación y ninguno se dio cuenta de que Shino seguía los pasos de Sasuke y es que Shino siempre era silencioso y muy sigiloso, no era la primera vez que desaparecía sin que nadie se percatara.
...
Sonó el timbre que indicaba el comienzo de las clases y todos ocuparon sus asientos. Algunos se habían dado cuenta de que había sonado con retraso, ese era un hecho no habitual, como tampoco era habitual que el profesor de turno, Asuma, no llegara nada más sonar el timbre. Esperaron unos minutos comentando la tardanza del profesor. Neji se puso en pie.
—Parece que Asuma viene hoy con retraso, por favor, quedaos en vuestros asientos y mantener la compostura.
—Vale, Neji, gracias —dijo el profesor entrando—. Siento el retraso. Bien, buenos días chicos. Antes de empezar y aunque me disgusta, tengo que pedir a Shino Aburame que se levante
Shino así lo hizo
—La directora te está esperando, ve a su despacho inmediatamente.
Un gran cuchicheo se extendió por el aula. Shino se dirigió hacia la puerta.
—Espera ¿Sabes por qué te llama la directora?
—Si, si lo se
—Entonces ¿lo reconoces?
—Si.
—¿Qué has hecho, Shino? —preguntó gritando Naruto.
—He agredido verbalmente a Zaku.
El cuchicheo aumentó.
—¡Vale, silencio! Yo diría que ha sido algo más que verbalmente ¿No, Shino?
Shino le miró perplejo.
—Tiene un esguince en la muñeca. Tu actitud es intolerable.
Sasuke se levantó de su asiento.
—Asuma-sensei...
—Ahora no, Sasuke, estoy hablando con Shino.
—¿Ha dicho Zaku que yo le he producido un esguince? —preguntó Shino.
—¿Podrías decirnos porqué lo has hecho?
—Yo no le he hecho nada de eso, solo le agarré el brazo. Miente.
—Pues Shizune no opina lo mismo.
—El esguince se lo he hecho yo —sentenció Sasuke—. Creo que deberá ir también a ver a la directora.
—¿Tú? ¿Aseguras que el esguince se lo has hecho tú?
—Lo aseguro.
—¡Silencio! Esto es muy serio, Zaku ha acusado a Shino, no ha dicho nada de ti.
—Es un cobarde y un rastrero.
—¿Estás seguro de lo que dices?
—Esta mañana le pedí a unos alumnos que le llevasen a los servicios, aunque fuera con engaños, quería hablar con él y cuando estuvimos a solas, porque no había nadie más, le amenacé, garré su mano y se la retorcí por detrás de su espalda con mucha violencia, estaba enfadado y no supe controlarme. He sido yo, sin duda.
Asuma y los demás alumnos le miraban boquiabiertos. Akane, se frotaba la frente y movía nerviosamente una pierna, estaba empezando a sospechar lo que había pasado.
—Yo —continuó Shino—, seguí a Sasuke y le vi entrar al servicio detrás de Zaku. Esperé a que saliese y entré. Es verdad que le dije algunas palabras fuertes e incluso le amenacé. Se que es una conducta intolerable y acepto mi castigo.
Hizo el gesto de marcharse hacia la puerta.
—¡Quieto! O sea, que habéis sido los dos ¿Por qué habéis hecho algo así?
—Se lo merecía —contestó contundentemente Sasuke—. No me voy a justificar, iré a ver a la directora, además el muy cobarde ha acusado a Shino, tampoco es una acción muy digna.
—No, tampoco y supongo que cuando Tsunade sepa la verdad y si es cierto lo que decís actuará en consecuencia pero ¿Por qué? ¿No se os ha dicho que evitéis en lo posible esos ataques de ira?
—Él empezó.
—Ya, claro, llevaba un cartel diciendo "te caigo mal, agrédeme".
—Fue por lo que pasó ayer ¿verdad? —dijo Ino levantándose—. Asuma-sensei, no es culpa de ellos, Zaku se lo buscó.
—¿Qué pasó ayer?
—Esto... es que... —Miraba temerosa a Sasuke.
—Vamos, estoy esperando.
—Es que... Zaku se metió con Akane y conmigo, incluso amenazó a Akane, es por eso ¿verdad? La culpa ha sido mía por contarlo, si me hubiese quedado callada no habría pasado nada.
—Vale, Ino, siéntate. Akane¿es cierto que te amenazó? —Akane se levantó pero evitaba mirar a Asuma a los ojos—. Vamos, Akane ¿te amenazó?
—No tuvo importancia, fue solo un comentario.
—¿Pero te amenazó? —gritó Lee.
—¡Maldito Zaku! —gritó también Naruto—. ¡Has hecho muy bien en patearle la boca, Sasuke!
—No tuvo importancia —repitió Akane—. fue una frase sin más, una de esas fanfarronadas que os gusta decir a los chicos.
—Amenazó a una chica —habló Sasuke—, eso es imperdonable.
—¡Di que sí! —añadió Naruto—. Y yo porque no me había enterado, dattebayó.
—No entiendo porqué armáis tanto jaleo si no pasó nada —dijo Sakura—. Por lo que se ve Akane supo solucionarlo ella sola, no necesita "príncipes que laven su honor". Sasuke, has sido muy irresponsable, esto puede quedar en tu expediente.
—Nadie amenaza a una de mis compañeras —repuso el aludido.
—¡Zaku es un cobarde! —Lee se levantó haciendo aspavientos—. ¿Qué es eso de amenazar a una chica?
—Vamos a ver Lee, siéntate ¡silencio! ¿Cuándo sucedió eso?
—Ayer por la tarde —respondió Akane.
—¿Por qué no lo has comunicado?
—Fue ayer por la tarde, el único profesor que había era Ebisu, el tutor de 2-1, iba a ser mi palabra contra la suya, además ya me había olvidado.
—¿Estabas sola? ¿Nadie te ayudó?
—Esto es una tontería. Yo fui quien me metí en ese lío, yo sola, hablé de más y debía imaginarme como reaccionaría Zaku, así que sola supe salir.
—Zaku había dicho algo de mí —añadió Shino.
—Shino, por favor, no fue por ti, Zaku es un bocazas y yo me pasé de lista y se mosqueó. Y ya está, no comprendo tanto jaleo.
—Yo creo que deberíamos ir todos a ver a la directora —propuso Naruto levantándose.
—¡Naruto, siéntate y calla! Aunque Zaku sea un bocazas y se hiciera el machote delante de Akane eso no justifica la violencia, ni que os toméis la justicia por vuestra cuenta. Vamos, Shino, Sasuke, id al despacho y los demás a callar.
Los dos chicos salieron del aula.
—Pero no es justo —Se quejó Kiba—, él se lo merecía.
—Kiba, la vida es así, tenéis que aprender a controlaros porque ahora ellos dos se llevarán una sanción por tomarse la justicia por su cuenta y Zaku se reirá en vuestra cara. Sois demasiado impulsivos, ellos han estropeado todo lo que ayer Akane había logrado que era no caer en su juego. Os estáis ganando muchas amonestaciones y eso os va a perjudicar. Por cierto, Temari, no se te olvide ir luego tú también a ver a la directora, que también tienes algo pendiente.
—¿Qué has hecho, Temari? —preguntó Kankuro.
—Nada importante. Ebisu-sensei que es algo exagerado.
—Solo le plantó la mano en las posaderas a Shikamaru y reclamó su posesión —dijo con voz estruendosa Ino.
En medio de las risas se oyó un golpe seco, era la cabeza de Shikamaru, el chico la había dejado caer sobre la mesa.
—¡Toma ya! Temari le ha tocado el culo a Shikamaru ¡que bueno! —gritaba Naruto.
—Shikamaru ¿Y no hiciste nada para ayudar a Akane? ¿¿Es que no estabas allí?—preguntó de pronto Lee.
Shikamaru levantó la cabeza y abrió la boca pero no dijo nada porque la voz chillona de Ino le silenció.
—Tayuya y Kin le había secuestrado, no se enteró de nada con esas dos lobas intentando comérselo.
De nuevo el chico dejó caer la cabeza a plomo sobre el pupitre sonoramente.
—Bueno, se acabó el tema —habló el profesor—. Con vosotros no hay manera de dar una hora entera de clase y tú, Shikamaru, deja de golpearte que te vas a causar un derrame cerebral. Vamos, silencio, empezamos a la de tres.
Durante los cambios de clase Akane decidió que debería hablar con Shino y Sasuke ya que lo más probables es que se hubieron ganado alguna amonestación.
Primero se acercó a Sasuke que estaba, como siempre, rodeado por Ino y Sakura, muy serio con los codos apoyados en la mesa y las manos juntas delante de su boca, postura típica en él.
—Sasuke —comenzó a decir—, yo...
—No digas nada —Interrumpió fríamente el chico—. No haya nada que hablar.
—¿Qué sanción te han puesto?
—Dos días de expulsión —contestó Sakura—, como a Shino, pero no se tendrá en cuenta para lo de la obra.
—¡No es justo! —gruñó Ino—. Sasuke ha sido muy amable y...
—Ella no me pidió que lo hiciera —repuso Sasuke sin ningún énfasis.
—¡Nadie le hecha las culpas a ella!
—Lo hubiera hecho por cualquiera, no soporto a los bravucones.
—Es que Sasuke es todo un héroe —comentó Sakura con voz ñoña.
—Pero no vuelvas a... —Akane iba a decirle a Sasuke que no fuera tan imprudente pero los ojos verdes de Sakura le parecían un encanto mirando embobada a su "héroe"—. Ha sido un detalle bonito, pero esos no merecen la molestia.
Naruto miraba a Sasuke, todo parecía normal, era el Sasuke de siempre... No, no era el Sasuke de siempre, por muy frío y distante que se comportara se notaba como estaba cambiando.
Akane se alejó con la sensación de haber echo el tonto y se acercó a Shino.
—¿Estás bien?
—Lo siento, no quería que te enterases.
—Creo que ha sido culpa mía, si te lo hubiese contado lo habrías comprendido.
—Supongo que lo saqué todo de contexto pero ya sabes lo mal que nos llevamos Zaku y yo.
—¿Qué días son los de la sanción?
—Jueves y Viernes ¿Me llevarás los deberes?
Chouji observaba a Shikamaru y recordaba lo que la tarde anterior había hablado con Akane. Ya era difícil imaginarse a alguien tan tranquilo como Shikamaru perdiendo los nervios y aunque podía suponer que en un arranque de celos y rabia no se controlase y le diera un puñetazo a Shino si que no podía imaginar que cosa tan terrible había hecho Shikamaru para que Akane le guardase tanto rencor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por leer.
Dime ¿Tienes alguna idea?