jueves, 6 de febrero de 2020

11. Y LLEGÓ EL DOMINGO

No se podía decir cual de las chicas estaba más emocionada. Aprovechando que los padres de Jisei se habían marchado ese fin de semana, Tenten, Akane, Sumire, Ryuko y Jisei decidieron comer juntas el domingo en casa de ésta última. Al verlas llegar y el alboroto que organizaban en la cocina, el hermano de Jisei decidió que lo mejor era desaparecer de allí.
Lo tenían todo planeado, primero comerían hablando de chicos y luego ayudarían a Akane y a Ryuko a arreglarse. Estaban muy alteradas, quizás la única que parecía mantener la calma era Akane. Las más escandalosas eran Tenten y Sumire, Ryuko casi no hablaba, los nervios parecían haberse juntado todos en su intestino, produciéndole unos tremendos retortijones, menos mal que por lo menos Akane no parecía haberse molestado por lo de "espiarla", al contrario, se había reído muchísimo.
—¡Pero si fui yo quien te dije que aprovechases para pedirle a Chouji que te acompañara en una cita doble! Pero claro, lo de espiarme es mas divertido.
—¿Así que te atreviste a pedirle una cita a Chouji y todo? —preguntó Tenten.
—No, no, que va, no fue así, fue algo que surgió por casualidad.
—Como fuera —dijo algo mosqueada Tenten—, el caso es que a mi no me dijisteis nada, ni lo de Sasuke, ni lo de Chouji. Creía que éramos buenas amigas...
—No te enfades, Tenten, no es que quisiéramos ocultártelo —dijo Ryuko—, es que no creíamos que Sasuke y Akane iban a salir al final.
—Que poca fe tenéis en mis encantos —bromeó Akane—. Te lo juro, Tenten, pensé que no iba en serio y que terminaría por echarse atrás, así que no le di mucha importancia.
—Bueno pero te lo hemos contado ¿no? —añadió Sumire.
—Si, ayer y porque os propuse salir hoy que si no, no me decís nada.
—Es que de verdad pensábamos que la cita no iba en serio —explicó Jisei—, a ver, es que la cosa fue un poco confusa y que es Akane.
—¡Y dale! —gruñó Akane—, que la primera sorprendida soy yo pero hay que ver que poco me valoráis ¿tan fea soy?
—No, no es que seas fea —habló Sumire—, si tu eres muy mona pero no pareces del tipo que le gusta a Sasuke.
—¿Por qué no? Yo no se cual es el tipo de Sasuke ¿Vosotras sabéis que clase de chica le gusta a Sasuke?
—A lo mejor le gustan las cabezotas, enojonas e insoportables —bromeó Jisei.
—Como te pasas conmigo...
—Os entiendo —intervino Tenten—, yo tampoco me lo hubiera tomado en serio aunque no veo yo a Sasuke gastando bromas de ese tipo. Entonces ¿Te llamó por teléfono para concretar la cita?
—Si, me ha llamado varias veces, la verdad es que no se quien le ha dado el teléfono de mi casa...
—¿Pero ese chico se comunica con los demás? —preguntó Ryuko.
—Hombre, algo se comunica, no es que se extienda mucho en sus respuestas pero si le hablas te contesta y parece que escucha.
—Increíble —continuaba Tenten—, si el año pasado me dicen que una de nosotras iba a quedar con el Uchiha no me lo hubiera creído, bueno, que todavía no me lo creo.
—Tía, el Uchiha ¡qué fuerte! —decía Sumire—, yo pensaba que ese chico estaba por encima del mundo.
—Es un chico normal y corriente —afirmó Akane.
—No, normal no es, es el Uchiha —insistió Sumire—, el más popular del instituto.
—El más popular desde la guardería —enfatizó Tenten.
—Es como una telenovela —habló entusiasmada Sumire—, él el chico guapo y rico y tú la chica pobre pero honrada.
—¡Madre mía! —exclamó Akane—. Ahora sí que me estás poniendo mala.
—Tranquila —dijo Jisei—, son los típicos nervios previos a la cita. Es normal que estés nerviosa piensa que eres la representante de todas las chicas normales que hay en el mundo, en ti se hace realidad el sueño de todas: salir con el más guapo y popular.
—¡La madre que os parió! Que exageradas sois. Sasuke es guapo pero personalmente creo que hay otros que no le desmerecen nada, como Gaara, Neji, Sasori...
—¡Deidara! —gritó Sumire—. Así se llama el chico guapo rubio ¡Ay, que guapo que es! Me gusta mucho.
—¿Y tú, Ryuko, no dices nada? —preguntó Jisei al ver algo taciturna a su amiga.
—No puedo ni hablar, estoy aterrada.
—Pues no creas que nos hemos olvidado de ti —repuso Tenten.
—¿Por qué? ¿Estáis planeando algo malo? Lo mío no es nada comparado con la cita de Akane de la que parece depender el futuro de la humanidad.
—¡Uy, que no! —dijo Jisei—. Lo que pasa es que no queremos ponerte nerviosa.
—¡Pero si no es una cita de verdad!
—Sí, sí, ya no sabemos, pero también sabemos que "si" es un cita.
—Una cita es una cita lo mires por donde lo mires —puntualizó Tenten—. Has quedado con un chico, eso es una cita.
—Mira, Ryuko —Akane la miró fijamente—, tú se tú misma, como siempre, no te esfuerces en parecer súper simpática, ni ingeniosa, ni esas cosas que hacemos para gustar más a un chico. Tu mejor baza es que le gustas como eres, así que se natural, habla cuando quieras decir algo y ríe cuando tengas ganas, tienes que actuar como cuando salimos en grupo, igual.
—Ya, pero cuando estoy con él a solas me pongo muy nerviosa ¿Y si piensa que soy una paranoica o algo peor?
—¿Por qué iba a pensar eso? —preguntó extrañada Sumire.
—Porque lo es —respondió Akane—, es un poco paranoica, solo hay que ver el drama que organizó con lo de Sasuke y ahora va a espiarnos y todo, no me digas que no es para pensar que es algo exagerada.
—Quizás solo piense que eres una cotilla —opinó Jisei.
—¿Pero no fue Chouji quien te lo propuso? —indagó Tenten.
—Sí, la verdad es que fue él.
—Pues entonces será que le gustan las cotillas o que le da igual —comentó Akane—. Sea como sea hoy es un día importante ¿qué te vas a poner?
—Pues he traído mi vestido blanco.
—Muy apropiado, ideal para ti, tiene un aire romántico que te queda bien, a mi algo así me quedaría como una patada pero a ti te pega.
—¡Y verás lo guapa que te vamos a poner! —Se emocionó Sumire.
—¿No iréis a maquillarme mucho, no? No me gusta el maquillaje exagerado.
—Mujer, solo un poco, un toque de luz en tu mirada y brillo en los labios, te lo prometo. Y te voy a peinar, algo natural no te asustes, como tú eres.
—¡Ah! Yo tengo otra cosa —Jisei se levantó y salió.
—¿Y tú, Akane?
—Me arreglaré un poco para no desentonar con el guaperas pero vamos, soy pobre así que iré como siempre, con estos vaqueros y la camisa rosa que me compré en el rastrillo.
—¿Pero qué dices? —gritó Sumire.
—¡Eh! Que es una camisa bien bonita y me queda genial ¿A que es bonita, Ryuko?
—La verdad es que es chulísima.
—¿Pero vas a ir con esos vaqueros?
—¿Qué pasa? Iba a ponerme unos pantalones blancos pero dice Ryuko que se me notan las braguitas.
—No, si lo digo porque ya te los pusiste el otro día, para el ensayo, tienes que ponerte algo que no te haya visto Sasuke.
—Tranquila, no creo que se fijase en mis pantalones.
—Pues Shikamaru sí que se fijó, que le vi yo como te miraba el trasero.
—Menos mal —rio Tenten—, pensé que yo era la única que lo notó.
—Pero que tontas que sois las tres —gruñó Akane al ver como se reían sus amigas—. Pues a mí me gustan estos vaqueros, me los voy a poner con unos zapatos que tienen un poco de tacón, no mucho, que luego me duelen los pies y yo creo que voy a estar muy mona.
—¿Llevarás las gafas? —preguntó de nuevo Sumire.
—Es si me las quito no veo bien.
—Ya estoy aquí —dijo Jisei regresando. Llevaba una caja de madera, la abrió, estaba llena de botecitos pequeños, bolsas que parecían tener pétalos de flores, cajitas y palitos de incienso.
—¿Qué son? —Sumire lo miraba todo muy intrigada—. ¿Tus instrumentos de bruja?
—Algo así. Verás —rebuscó entre los botecitos y sacó uno redondo con un tapón rosa—... éste es.
—Miedo me da preguntar —dijo Akane.
—¿Es veneno? —interrogó Sumire
—¿Una pócima? —Planteó Tenten.
—Es un perfume. Un perfume muy especial. Unas gotitas y Chouji se quedará embobado contigo.
—¡Toma ya! ¡Una pócima de amor! —exclamó Sumire.
—A saber que has echado aquí, a ver trae —dijo Akane quitándoselo de las manos y abriéndolo—. ¿Se puede oler?
—Claro, no es una pócima, es un perfume, un perfume que estimula.
—Huele a jazmín —comentó Akane—, me encanta el jazmín ¿Es afrodisíaco? ¿Tú lo has probado?
—Tiene esencia de jazmín entre otras cosas, y no, no lo he probado, no he tenido esa oportunidad ¡Pero qué haces, loca! —gritó arrebatándole el frasco.
—Solo me he echado unas gotitas, hija perdona, ya sabes que me gusta el jazmín.
—¡Por favor! ¿Akane, qué has hecho?
—¿Es muy caro? —dijo Sumire preocupada.
—No es eso pero ¿qué va a pasar ahora? ¿y si Sasuke...?
Tenten se acercó al cuello de Akane y olisqueó.
—Huele bien, pero no siento nada.
—¡Porque tú eres una chica! De verdad, luego no me vengas con responsabilidades ¿eh? Yo no quiero saber nada.
—¡Qué tontería! ¡Cómo si fuera a pasar algo! Anda, Ryuko, échate.
—No, déjate, mejor no ¿no tienes algo relajante?
—Si pero... toma, mejor ponte este, es sándalo, pega con tu personalidad, además da fortaleza de espíritu. Y tú, desastre, procura que Sasuke no te huela.
—Claro, como si fuera a ser como en las películas ¡Anda ya!
—Pobre, Shikamaru —suspiró Tenten.
—¿A qué viene ahora ese? —pareció molestarse Akane.
—¿Es que no te da penilla?
—Ya te dije que la parida esa que te contó Kiba de que yo le gustaba era mentira, men-ti-ra. Lo dijo para que se callase y dejase de pensar que iba detrás de él ¡y pensar que yo misma le dije que le dijera que le gustaba una chica! ¡Ah, que rabia!
—¿Pero por qué dijo tu nombre —interrogó Sumire—... habiendo tantas chicas?
—Porque es subnormal, lo haría para fastidiarme.
—O a lo mejor —intervino Ryuko—... le traicionó su subconsciente.
—¡Le traicionó el loco de tu novio!
—No es mi novio, además, podía haberlo negado, pero no lo hizo y cuando Chouji lo dijo por algo sería, que ellos son muy amigos y se conocen.
—Sí, porque es raro y retorcido como tú. Vamos a dejar este tema de una vez.
—Quien se pica... —comenzó a decir Jisei divertida.
—¿Sabéis lo que os digo? Que sois unas pesadas ¡Se acabó el tema!
...
Shikamaru estornudó. Chouji le miraba sentado en una silla mientras Ino le peinaba.
—Por ahí se acuerdan de ti —comentó Chouji.
—Me alegra de que os hayáis acordado de mí —decía Ino.
—Te apuntaste tu solita, no seas pesada —respondió Shikamaru mientras estiraba los brazos por encima de su cabeza.
—Ya verás Chouji, con mis consejos vas a estar irresistible, lástima que no puedas perder unos kilos de sopetón porque tú eres un chico guapo ¡Lástima de kilos!
—Mendokusei, deja ya ese tema.
—Yo solo necesito que me asesores un poco, no hace falta que te molestes tanto.
—No es ninguna molestia, yo encantada de ayudarte porque tienes que dar una buena imagen, es un día importante.
—Claro —añadió Shikamaru—, la primera cita es importante, aunque ella esté harta de verte.
—Que no es una cita, no es una cita.
—Da igual, da igual.
—Ya está... un pelo perfecto. Ahora a ver que tienes de ropa ¿Qué te vas a poner?
—Pues no sé.
—¡Ay, los hombres, pero que sosos sois! A ver, venga, saca tus mejores pantalones y camisas que te los combino, de verdad, si no fuera por chicas como yo el mundo sería un desastre.
Chouji hizo lo que Ino le había dicho, sacó varios pantalones, camisas y camisetas, Ino lo escudriñó todo con minuciosidad.
—Toma, pruébate esto.
Mientras Chouji se iba para cambiarse de ropa y probarse el conjunto escogido por la chica, Shikamaru se levantó, se acercó a la ventana y lentamente encendió un cigarro.
—¿Qué te pasa? —pregunto Ino—, estás como muy pensativo.
—No... nada.
—Ha sido un detalle muy bonito el que habéis tenido.
—¿Qué detalle?
—El de hacer que Chouji y Ryuko queden a solas.
Lo malo de improvisar mentiras es que a veces se te olvida lo que has dicho. Shikamaru tuvo que poner sus pensamientos en orden, como no podían decir a Ino que Chouji y Ryuko habían quedado para ir a espiar a Akane y Sasuke, se les había ocurrido que Ryuko tenía que hacer un recado para sus padres y nadie podía acompañarla, por esa razón Chouji se había atrevido a decirle que él iría con ella. Aquella explicación no convenció a Ino, estaba segura de que todo era un plan de Akane, Jisei y Shikamaru y este no se esforzó en negarlo, eso era muy complicado y le daba pereza pensar.
—Sí, bueno —habló pensado en lo que iba a decir para que fuese convincente—. En realidad fue idea de Akane.
—Típico de esa chica, si es que es una lianta, ya decía yo que tardaba demasiado en hacer de "celestina".
Shikamaru sonrió "mira" pensó "cuando Akane se entera ya tendrá una razón más para odiarme".
Ino se acercó a la ventana.
—¿Y tú que vas a hacer?
—Nada importante.
—¿Por qué no sales conmigo? Podríamos jugar a seguirlos.
Shikamaru sintió que el humo del cigarro se le atragantaba y comenzó a toser. Ino a la vez que le palmeaba la espalda, le quitó el cigarro de la mano y lo tiró por la ventana.
—Deja ya el tabaco, hombre ¿No ves que no te hace nada bueno?
Shikamaru seguía tosiendo, pues si, lo que faltaba, Ino y él siguiendo a Chouji y Ryuko que la vez seguían a Akane y Sasuke, esto estaba empezando a resultar absurdo.
—Vale, vale, no me pegues mas ¿No habías quedado con Sakura?
—Pero la aviso y ya está —Se agarró melosa al brazo del chico—. Venga, ya verás cómo nos lo pasamos bien.
—Eso no está bien Ino, si has quedado con ella, has quedado con ella.
—Bueno pues vamos los tres. Tú con dos chicas guapas ¡Anda que no ibas a presumir!
—¿Qué pretendes, Ino?
—¿Es que tienes algo más interesante que hacer que salir con una chica como yo?
—Se lo que pretendes, por muy mimosa que te pongas no vas a conseguir nada.
—¿Estás seguro? ¿No tengo yo nada que te apetezca a ti?
Shikamaru consiguió zafarse de ella y se sentó de nuevo.
—No empieces, no me vas a liar.
Ino se colocó delante de él y sonriendo se sentó a horcajadas sobre sus rodillas.
—¿Qué, Shika? ¿Te decides?
—Haz el favor de levantarte.
Ino clavó sus azules ojos en los de su amigo, por un instante el chico estuvo tentado de aceptar la propuesta, al fin y al cabo Ino era algo gritona pero divertida. Sin embargo un par de cosas dentro de él se lo impedía, quizás solo era apatía y pereza después de todo.
—¡Qué problemática eres!
Ino seguía mirándole fijamente, sabía de sobra que era algo capaz de poner nervioso a cualquiera.
—Mira, no insistas, sé muy bien tu juego, no voy a conseguirte esas pastillas me ofrezcas lo que me ofrezcas a cambio.
—Pero si son inofensivas, si son de hierbas, si no hacen nada malo.
—Ve a la farmacia y cómpralas tú.
—Sabes que tu padre no me las va a vender.
—¿Y me las va a vender a mí?
—Tu puedes conseguirlas... por favor... las necesito.
—¿Para qué? ¿Para qué demonios necesitas esas pastillas? Estás muy bien, no necesitas adelgazar más.
—¡Está claro que nunca me entenderás! —Ino se levantó bastante molesta.
—¡Claro que no te entenderé! Nunca entenderé esa obsesión tuya con adelgazar, te estás haciendo daño, primero no comes apenas nada y ahora quieres que te consiga esas malditas pastillas ¿Para qué? ¿Qué va a ser lo siguiente que hagas? ¿Dejar de comer definitivamente?
—¡No soy tonta! ¡Sé muy bien lo que hago! Lo tengo todo controlado, solo son unas pastillas de nada para eliminar líquidos.
—¿Que líquidos vas a eliminar si apenas comes? Ino, estas cosas no son buenas, se te van a ir de las manos —Shikamaru se acercó a ella y le acarició la mejilla—. Estás bien así, por favor, déjalo ya.
No podía entenderla, nunca podría entenderla, esa obsesión de Ino por ser la chica perfecta iba a terminar por causarle graves problemas ¿Pero cómo se lo haría entender?
—He engordado —habló Ino con tristeza—, si sigo así me voy a poner como una vaca, así nunca le gustaré a ningún chico. Tú no lo entiendes, quiero tener la imagen perfecta para...
Chouji entró en la habitación.
—¡Chouji estás divino! —exclamó Ino entusiasmada—. Fantástico, fantástico ¿Soy una artista o no?
—¿Estoy más o menos decente?
—Estas genial. Ahora solo queda convencer a éste de que salga conmigo.
—Pero es que Shika no puede ir contigo —Le miró a los ojos como queriendo que le entendiese con la mirada—. Se supone que tienes que hacer el informe ese de la sesión con Akane y presentarlo mañana ¿No era por eso que Akane no podía acompañar a Ryuko?
—Pues... —Shikamaru ordenó rápidamente su cerebro, seguramente Chouji decía eso para ayudarle—. Se me había olvidado... ¡mierda!
—¡Mira que eres desastre! —gruñó Ino—. Seguro que lo que querías era escaquearte, pero con Akane no te vale eso, ya sabes cómo se las gasta.
—Eres muy despistado, Shika
—Lo que pasa es que es un vago.
...
—¡Eh, chicas! —gritó Sumire asomada a una ventana—. ¡Sasuke ya ha llegado!
—¿Ya? Pero si es muy temprano ¿o no? ¿Qué hora es? —exclamó Akane.
—Míralo, allí, en la esquina, donde habíais quedado ¿no?
—¡Que emoción! —dijo Tenten algo alterada—. ¡Ha venido! Venga, Akane, no le hagas esperar.
—¡No! —Casi gritó Sumire—. Tiene que hacerle esperar, las chicas siempre llegan tarde.
—Claro, para que se canse y se vaya ¿no? Ni hablar.
—¡No me agobiéis! Esperaremos a que sea la hora, puede pensar que estoy ansiosa.
—¡Que guapo está! —suspiró Sumire—. ¡A mí me va a dar algo de los nervios!
—Ni que fueras tú la de la cita —comentó Jisei.
—Acuérdate de contárnoslo todo, sobre todo si intenta besarte.
—No creo que se le ocurra, no es una cita romántica, ya os lo he dicho.
—Bueno, tú nos lo cuentas todo.
—Y procura no ser muy encantadora —dijo Ryuko—. No queremos que se enamore.
—¡Y que no te huela! —añadió Jisei.
—¿Dónde vais a ir al final? —preguntó Sumire.
—Ay, Sumire, no te enteras de nada —contestó Tenten—. Primero van a ver una exposición que hay en el centro comercial sobre la historia del periódico porque el chico se quiere hacer el interesante y se ha informado de sus aficiones.
—Sobre todo no dejes que te huela —insistió Jisei.
—¡Pero que pesada que eres! no creo que quiera olerme, no veo a Sasuke Uchiha olisqueando a las chicas.
Sasuke había llegado pronto. Reconocía estar algo intranquilo, no mucho, sentía cierto hormigueo en el estómago, quizás porque no podía evitar la sensación de estar engañando a sus amigos.
"Es absurdo" pensaba "Sé que Naruto insiste mucho que somos amigos y que no le he dicho que voy a salir con una chica pero ¿no puedo salir con otras personas? ¿no puedo tener más amigos?"
Unos pasos acercándose en la soledad de la calle le devolvieron a la realidad. Miró en la dirección en la que se oían los pasos y una nueva sensación desconocida comenzó a invadirle desde la punta de sus pies; era algo intenso que relegaba en el olvido la intranquilidad anterior ¿Quién era esa chica? Era Akane, sin duda pero ¿Por qué la veía como a una persona distinta? ¿Quizás por qué no llevaba el uniforme? No, ya la había visto antes con ropa de calle. Quizás era que él la miraba de forma diferente, quizás porque ahora no la veía como a cualquier compañera de clase, si no como a una persona.
Durante años, Sasuke se había habituado a no ver a las personas que le rodeaban como a tal, salvo muy pocas excepciones, para él nadie tenía importancia, solo importaba él mismo y su sufrimiento; procuraba relacionarse con el menor de número de personas posible y menos aún se implicaba en sus vidas. Ahora había empezado a abrirse un poco a los demás, había descubierto que acciones suyas podían repercutir en los demás, que a veces dañaba a personas como Naruto, que solo pretendía ayudarle.
Ahora que estaba allí, esperando a Akane, empezaba a plantearse si no se estaba comportando de una forma ridícula. No era típico de él hacer esas cosas y empezaba a alegrarse de no haberle dicho nada a Naruto, no soportaría sus burlas. En fin, había prometido actuar como un chico normal y por lo visto los chicos normales tienen citas con chicas.
—¡Hola! ¡Eh, hola! —dijo Akane sacándole de sus cavilaciones
—¡Hola! Estás... estás... —Sasuke se acercó a ella, no sabía que debía hacer, tampoco que decirle que no sonara falso y preparado, inspiró y un profundo y dulzón olor le embargó— ...fantástica.
—Me he arreglado un poco, quería estar a tono contigo. Ya sé que no soy tan guapa como Sakura pero también "pito".
—¿Qué?
—Que... bah, déjalo ¿Te encuentras bien?
—Hueles muy bien.
—¿Huelo? ¡El perfume de Jisei! ¿Lo hueles? ¿Tanto huele? ¿Es muy fuerte?
Sasuke no sabía si era por ese olor agrio y dulce tenía algo que parecía atraerle.
—Esta Jisei tiene potingues muy raros —continuaba hablando Akane, preocupada por si resultaba apestosa.
Sasuke seguía sin hablar. Akane torció los labios "a ver si va a ser verdad y este perfume tiene efectos secundarios, a lo mejor espanta a los chicos"
—Nunca me había dado cuenta de lo atractiva que eres.
—Gracias, aunque no sé si tomármelo como un cumplido, la verdad.
—No quiero decir que antes no te viera atractiva, siempre he pensado que... pero hoy estás...
—Es por el escote ¿A que sí? Siempre me pasa, ya estoy acostumbrada.
—No, no, no creas que antes no me había dado cuenta... —No pudo evitar que se le escapara una sonrisa, se estaba comportando como un tonto, era la primera vez que le pasaba.
—Vale, vale, déjalo, no te esfuerces más.
—Bueno pues vamos andando ¿no?
—Sí, claro.
¿Qué se suponía que tenía que hacer? Sasuke estaba acostumbrado a tener chicas enganchadas de su brazo pero ¿Qué esperaba Akane de él? Akane le sonrió y decidió que lo mejor era relajarse, ella ya sabía cómo era, no fingiría ser de otra forma, disfrutaría del paseo que iniciaban, seguro que iba a ser agradable.


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36. NO TE FÍES DE LAS APARIENCIAS

La salida de las chicas produjo un gran revuelo, desfilaban una detrás de otra, sonriendo y saludando a todo el mundo con sus pompones verde...