—¡Quiero
un Pokemon! —gritaba Kenta con toda la fuerza de sus pulmones.
—¡Vale
ya Kenta! Te estás portando muy mal —Le recriminaba Ryuko.
—¡Quiero
un Pokemon, queremos un Pokemon!
—Vale
—habló Chouji—. Os compro un Pokemon pero me tienes que prometer
que te vas a callar.
—¡Bien!Ryuko
le dirigió una mirada un tanto de reproche. Chouji entró en la
tienda y al rato salió con el maldito Pokemon que el niño tanto
quería. El niño gritó como un loco enseñando su Pokemon con gesto
de triunfo.
—¡Mira,
Sayaka, es Pikachu!
—¡Zi!
¡Ez mi favorito!
Y
con los niños saltando eufóricos siguieron caminando hasta llegar a
la cafetería donde había un gran parque de bolas para que los niños
disfrutaran y dejaran un poco a sus padres y acompañantes tomarse
algo tranquilamente.
Mientras
Sayaka y Kenta entraban apresuradamente en aquella especie de jaula
llena de bolas, Ryuko se sentaba en una mesa a esperar a Chouji que
había ido a sacar los tickets y comprar unas bebidas.
Cuando
regresó volvió a mirarle con reproche.
—No
deberías haber comprado nada.
—¿Ahora
me vienes con esas?
—Tu
hermana es tu hermana y puedes comprarle lo que quieras pero Akane se
va a enfadar, ya lo verás.
—Akane
siempre se enfada.
—No
le gusta que malcriemos a su hermano, dice que ya es bastante
insoportable.
—Si
ya lo se pero me estaba volviendo loco, no se como Akane lo soporta.
Los
niños habían dejado sus muñecos sobre la mesa, Ryuko jugueteaba
con uno de ellos.
—¿Tú
no has jugado nunca a Pokemon, Chouji?
—Pues
claro ¿Y sabes quien era buenísimo?
—¿Shikamaru?
—Tratándose
se estrategias era el mejor, como siempre.
—Mi
única estrategia era que el que golpea primero golpea dos veces.
Este Pokemon me trae muchos recuerdos. Yo nunca tuve una consola, mis
padres son así, consideraban eso un capricho pero en casa de Akane
había varias y me dejaba una para que jugase.
—Fíjate
que yo recuerdo que hace unos años Akane parecía un chico, con el
pelo corto y las gafas rotas, vamos, yo estaba convencido de que
Kumoyuki era un chico.
—¿Y
que pensabas de mi?
—Si
te digo la verdad, no te recuerdo, no hasta que nos pusieron en la
misma clase.
—Yo
siempre paso desapercibida.
—No
te ofendas es que…
—No,
si no me ofendo. Akane era todo un chicote, hasta fue uno de los
jefes de la banda de gamberros del patio. Jisei era la muñeca bonita
y yo la bola silenciosa que siempre estaba con ellas.
Chouji
la comprendía, vaya si la comprendía, él siempre había sido
conocido como "el gordito" "el patoso" "el
torpe" y siempre se olvidaban de él.
—Pero
ahora ya no lo eres.
—Si,
ahora me vas a decir que soy un cisne.
—Lo
eres. Para mí desde luego que si y se que para otros también.
—Oh,
si, dime uno, solo uno.
—Bueno,
pues…
—No
te esfuerces, si lo tengo asumido.
Chouji
agarró una de sus manos y apretó.
—Ryuko,
tu a mi me gustas —dijo llevándose por lo que realmente deseaba
decir, sin plantearse si estaba bien o mal o si ella se enfadaría
—Se que no soy mucho, se que pensarás que no valgo nada, que ha
ido a fijarse en ti el más desgraciado de la clase, ya me conoces,
soy ChoujiAkimichi, el ignorado, al que nadie tiene en cuenta y tu
eres una princesa, dulce, buena y amable.
—No
soy una princesa, no soy buena, ni amable, no se tratar a la gente,
no se hacer amigos y dependo de los pocos que tengo, no me digas esas
cosas porque son mentira, se lo que soy Chouji.
—Pues
entonces me da igual, puede que solo seas buena y amable en mi
imaginación, a lo mejor eres antipática pero me gustas igual.
—¡Vaya
par de dos! ¡Nos hemos ido a juntar los más inseguros del
instituto!
—¿Eso
quiere decir que yo también te gusto?
Sentía
vergüenza y miedo por haber dicho tal cosa, Chouji nunca estaba
seguro de lo que decía, siempre temía meter la pata, quizás tantos
años de menosprecios le habían dañado más de lo que creía y le
faltaba valor para enfrentarse a sus propios sentimientos.
—¡Ryuko,
Ryuko! —gritó Kenta acercándose sudando y acalorado—. ¡Tengo
calor! ¡Quítame esto, quítamelo!
…
Sakura
caminaba en silencio al lado de Sasuke, estaba muy nerviosa y
emocionada, no podía creer que el propio Sasuke le pidiera dar un
paseo. Ella había quedado con Ino, quería hablar con ella, no sabía
que decirle pero pensaba que algo se le ocurriría y de pronto vieron
aSai sentado en el parque, dibujando, solitario como casi siempre.
Sai era un chico extraño pero Sakura estaba comenzando a conocerle e
Ino parecía demostrar mucho interés por él, así que se acercaron
a saludarle.
Ino
se sentó a su lado y comenzó uno de esos extraños juegos suyos en
los que parecía coquetear y hacerse la interesante. Lo curioso de
Sai es que nunca se sabía si entendía los gestos corporales que Ino
realizaba.
De
improviso apareció Sasuke.
Sasuke
había salido a dar una vuelta, necesitaba pensar y en su casa no
conseguía hacerlo. Sentía que su vida estaba empezando a cambiar,
que una nueva etapa comenzaba y de alguna forma sentía que conocer y
tratar a Akane le empezaba a afectar. Ya no se sentía el mismo
Sasuke frío y distante de siempre, al menos él quería ser amable,
acercarse a Akane porque durante su cita se sintió tan cómodo y con
esa sensación cálida que... ¿que era?
Vio
a Ino y a Sakura junto a Sai y se detuvo a observarlas, nunca se
había parado a mirar a una chica como a una chica, observando sus
cuerpos, sus curvas… reconocía que aquello era algo sugerente
aunque no lo suficiente ¿Por qué? Parecía como si algo les
faltase.
Se
decidió a acercarse a ellos y después de un rato le pidió a Sakura
dar un paseo, aquel era tan buen momento como cualquier otro.
Y
así, en silencio, caminaban.
¿Qué
sentía Sasuke por Sakura? ¿La quería como a una hermana? ¿Cómo a
una amiga muy íntima? ¿Estaba enamorado? Tenía que averiguarlo
¿Por qué no existiría un libro de instrucciones para entender los
sentimientos? Sabía que sentía aprecio por Sakura, eran muchos años
con ella pegada a él y desde luego no la consideraba mala persona
¿Sería amor lo que sentía por ella? Sasuke no diría tanto, de lo
que estaba seguro es que tenía que averiguarlo, por él mismo, por
aclarar sus ideas, por Sakura a la que no quería hacer daño, porque
ahora tenia la sensación de tenerla encadenada a él y debía abrir
esa cadena y que ella, ella sola, decidiese que hacer pero sabiendo
cual es la situación y claro, también por Akane, era ella la que
insistía en que aclarase lo que sentía por Sakura, era la condición
que le ponía para conocerla a ella y deseaba conocerla de verdad.
Akane
había entrado en su vida de golpe, sin avisar y le hacía sentir
cosas distintas, y ahora esa chica a la que a penas conocía y con la
que no parecía tener nada en común, ni aficiones, ni nada se estaba
convirtiendo en una adicción para él, si, eso era, era adicto a las
sensaciones que producía en el.
Luego
estaba Karin ¿Qué sentía por Karin? ¿Era lo mismo que por Sakura?
No. Sakura y Karin eran completamente opuestas. Las dos eran pesadas,
si, pero de forma distinta. Karin era totalmente física, terrenal y
práctica, no se andaba por las ramas, decía muy claro lo que quería
de Sasuke y lo que quería no eran sueños para el futuro, eran
realidades para el presente y tampoco ofrecía nada irreal o
imaginario. En cambio Sakura era soñadora, irracional, se esforzaba
en ser perfecta para él, hacía todo lo que él decía en un vano
esfuerzo de llamar su atención, para que le diese una oportunidad,
una oportunidad para crear el futuro perfecto, Sakura quería crear
su mundo perfecto para ella y para Sasuke.
Ino
les vio marchase con algo de pena, no era envidia porque Sasuke le
pidiese ir a pasear a Sakura en lugar de a ella, era pena, Sakura
estaba radiante, sonreía llena de satisfacción y a ella le daba
pena, pena por su amiga, Ino sabía que Sasuke sentía interés por
otra chica, lo notaba, era fácil darse cuenta, solo cuando no
quieres ver la realidad esos detalles no los percibes.
Sakura
estaba muy nerviosa, no sabía si hablar o permanecer en silencio
¿Qué se supone que debería hacer? El silencio era incómodo, ella
estaba incómoda pero sabía que los silencios le gustaban a Sasuke y
que si hablaba lo mismo le molestaba. Era la primera vez que Sasuke
le pedía pasear, sentía que su corazón se iba a salir de su pecho,
las piernas le temblaban y a penas podía andar. Sasuke se paró y se
sentó en un solitario banco.
—Este
sitio es muy bonito —dijo tratando de no parecer nerviosa y
sentándose a su lado.
—Si,
supongo, pero no te he traído para que lo vieras. Llevo un tiempo
pensando en lo que una vez me dijiste, fue justo cuando dije que no
os quería a vosotros por amigos y que tenía unos nuevos ¿lo
recuerdas?
—Si
—dijo con bastante vergüenza—. Me acuerdo, estaba muy asustada,
no quería perderte.
—Ahora
me doy cuenta de que no fui muy amable.
—Estabas
molesto porque Naruto y yo insistíamos demasiado, lo entiendo.
—¿Sigues
pensando lo mismo? Quiero decir sobre tus sentimientos hacia mi.
—Yo
—Sakura sentía cada vez más vergüenza—… Si, sigo sintiendo
lo mismo.
—¿A
pesar de lo que te dije? ¿A pesar de que no te hice caso?
—A
pesar de todo. Se que estabas confundido, cegado por esas ganas de
superar a su hermano, enfadado con él, pero has vuelto,Sasuke, ahora
estás otra vez con nosotros, yo nunca dudé de ti, sabía que
entrarías en razón.
—Entonces
¿Sigues enamorada de mí?
—Si
—contestó muy decidida—. Te quiero mucho,Sasuke, y sigo diciendo
que haré lo que sea para que seas feliz, para que seamos felices.
Sasuke
sonrió.
—Tal
vez no deberías querer a un chico al que no conoces tanto como
crees.
—¡Pero
yo te conozco! Si te fuiste y seguí esperándote es porque te
conozco.
—¿Tu
crees? Sakura, hace algún tiempo que me pregunto que siento por ti
¿eres mi amiga? ¿Algo más? ¿Te aprecio? ¿Siento algo por ti?
Sakura
no podía creer lo que estaba oyendo, después de tanto tiempo Sasuke
le estaba hablando de sentimientos.
—Sé
que te aprecio, eres mi amiga pero ¿hasta dónde? No sé si me
gustas tanto como para decir que siento algo por ti, no soy bueno
para los sentimientos, nunca me he preocupado por nadie, el hecho de
que ahora me preocupe por no hacerte daño supongo que significa algo
pero ¿el qué?
—¿Te
preocupas por mí?
—No
te quiero mentir, no sé lo que siento pero debo averiguarlo, quiero
estar seguro.
Sakura
se encontraba realmente muy confundida, no comprendía nada de lo que
Sasuke quería decirle, si le gustaba o si no le gustaba, si sentía
algo por ella o no. No sabía si sentir alegría, desilusión,
esperanza o qué. Tanto tiempo esperando que Sasuke le dijera algo,
lo que fuera y ahora no sabía como debía contestar, ni siquiera
sabía si debía contestar.
—Creo
que será mejor que volvamos con Ino —dijo de improviso Sasuke
levantándose.
Volvieron
a caminar durante un rato en silencio.
—Sasuke…
yo…
—Me
gustaría saber lo que siento, por eso quiero que alguna vez tú y yo
salgamos como amigos, solo como amigos. En realidad nunca hemos
hablado de nosotros y de nuestros sentimientos, nunca me has dejado
decidir, desde el primer momento te pegaste a mí y diste por hecho
que yo era de tu propiedad.
Eso
había dolido.
Ella
lo sabía, sabía que siempre no había sido nada más que una
molestia para Sasuke pero dolía oírlo.
—Lo
siento —dijo algo compungida y sintiendo toda su moral por los
suelos.
—¿Vas
a llorar?
—Lo
siento, no puedo evitarlo, quiero ser fuerte pero este sentimiento es
muy fuerte y siempre me domina.
Sasuke
se paró y la observó ¿qué sentía ahora al verla tan apenada?
—Me
das miedo, Sakura, me dan miedo tus reacciones, me asustas, creo que
nunca sería capaz de darte lo que me pides. Yo no soy como tu
piensas, soy egoísta y…
Sakura
cerró sus puños y los estrelló contra en pecho del chico para
inmediatamente después apoyar su cabeza en ellos y romper a llorar.
—¡Cállate!.
Tú no sabes nada de mí, solo me ves como a una chica caprichosa,
piensas que me he encaprichado de ti, nunca has tenido en cuenta mis
sentimientos. Hablas de lo que tú sientes pero no te preguntas que
es lo que yo siento de verdad. No soy una muñeca, soy una persona,
no puedes llegar de pronto y decir "sal conmigo que quiero
aclarar mis sentimientos" ¿Y los míos qué?
Sasuke
tenía las manos dentro de sus bolsillos y así se quedó, quieto,
impasible, mirándola, tratando de entender por qué de pronto ahora
lloraba y se ponía así, se suponía que estaba enamorada de él y
él le había dicho que quería conocerla ¿por qué reaccionaba de
esa forma? ¿No debía haberse sentido contenta?
Después
de unos pequeños sollozos, Sakura se apartó de él.
—Lo
siento —dijo secándose las lágrimas.
—¿Eso
quiere decir que no quieres que salgamos como amigos?
—No.
Como amigos no. Tú ya eres mi amigo y deberías conocerme como
amiga, si quieres conocerme más deberás pedirme una cita para algo
más. Piénsatelo, cuando lo hagas, te contestaré.
Sakura
echó a andar con todo el orgullo que pudo. Por supuesto que estaba
enamorada de Sasuke, por supuesto que deseaba salir con él, pero
tenía que ser fuerte, no demostrarle que iba a ir corriendo tras él
como un perrito faldero. Si le interesaba, que se esforzase él, ella
ya lo había hecho demasiadas veces.
Sasuke
se encogió de hombros y la siguió, los sentimientos de las chicas
eran muy difíciles de comprender. Bueno, al menos ya había dado el
primer paso.
…
Tenten
acababa de hacer un pleno a los bolos, muy alegre chocaba las manos
con Lee y se acercaba a la mesa que ocupaban a beber un poco, tenía
bastante calor, agarró el cartón donde estaba escrita la lista de
precios y comenzó a abanicarse.
—¡Menuda
paliza nos estás dando! —dijo Kiba.
—Eso
es porque no paráis de mirar a las chicas de al lado.
—¿Qué
chicas?
—Esas
de al lado, están bien buenas ¿eh?
Kiba
sonrió con gesto de niño travieso, era ese gesto de Kiba una de las
cosas que más le gustaban, cada vez que ponía esa sonrisilla de
niño malo era capaz de conseguir lo que quisiese de ella, no podía
resistirse.
Kiba
y Tenten eran muy amigos, se podía decir que eran casi más que
amigos. Existía una gran complicidad entre ellos, era un amistad
única, solo de ellos, tenían muchos más amigos pero entre ellos
era otra cosa.
Todo
el mundo daba por hecho que Kiba y Tenten terminarían juntos, todo
el mundo suponía que Tenten era de Kiba y Kiba de Tente y ellos
siempre se reían de aquella ocurrencia, eran solo amigos, buenos
amigos y punto pero es que todo el mundo sabía que aquella no era
una amistad común y corriente, era como una regla no escrita entre
el resto de sus conocidos, algo sobresabido y tarde o temprano
terminarían siendo novios, nadie dudaba de ese hecho. Además solían
tratarlos como pareja, si le proponían algo a Tenten siempre
contaban antes con Kiba y al revés y ellos lejos de molestarse se
divertían mucho con esa confusión.
Pero
no, solo eran amigos, muy amigos y nada más. A Kiba le gustaba mucho
estar con Tenten y siempre que podía buscaba su compañía, era una
chica alegre, simpática y activa, su conversación era agradable,
compartía con ella muchas cosas, momentos simples, sin mucha
complicación y de vez en cuando charlas de amigos, hablaban de todo,
de sus familias, de chicas y de chicos, tenían confianza el uno con
el otro, le gustaba estar con ella y no solo por su físico, que
también le agradaba bastante, era porque era como su alma gemela…
su amiga.
A
Tenten le gustaba estar con Kiba, se sentía muy a gusto a su lado.
En realidad Tenten era una chica amigable que simpatizaba con todo el
mundo, pero Kiba era algo especial para ella, era como un perrillo
fiel y cariñoso que sabía que nunca le iba a fallar y que siempre
estaba allí cuando le necesitaba, además le gustaban sus ojos
pícaros, su sonrisa de travieso y esa actitud de niño malo que de
vez en cuando tomaba.
Todo
el mundo pensaba que estaban hechos el uno para el otro.
—Tenten,
tengo entradas para el zoo ¿te parece que vayamos mañana?
—¡Estupendo!
¿Quién más va a ir?
—Solo
tengo dos entradas.
—¡Pues
que se las paguen ellos! ¡Que rabia! Sumire no puede ir porque aún
tiene las vendas ¿Llamamos a Shino?
—No,
mañana es el cumpleaños de uno de sus hermanos, no va a poder. No
se si Hinata podrá, creo que tiene que acompañar a su hermana a ese
cumpleaños, la llamaré.
—¿Y
Naruto y Lee?
—¿Se
lo preguntamos?
Cualquiera
podía haber pensado que no hacía falta invitar a más, pero ellos
eran así, les gustaba compartir todo con sus amigos.
…
La
pequeña Sayaka y el hermano de Akane terminaban de comerse la
hamburguesa que les habían prometido mientras jugaban con su
muñecos.
—¿Ryu,
este es tu novio? —preguntó de pronto Kenta mirando enojado a
Chouji.
—No,
es solo un amigo, mío y de Akane.
—¿Te
gusta Ryuko?
—Esas
cosas no se dicen, Kenta.
—¿Te
gusta?
—A
mi si ¿y a ti?
—¡Mas
que a ti! Luego cuando sea mayor yo y ella, entonces, yo trabajaré
de policía y luego iré a mi casa y Ryuko hará la cena y yo seré
el padre y seré policía.
—Este
niño tiene la vida muy planeada.
—Puez
yo a lo mejor me cazo con Zhika, ya lo penzaré.
Una
simpática melodía comenzó a sonar.
—Es
mi móvil —Aseguró Chouji mientras lo sacaba—. Que raro, es
Akane… Hola, Akane ¿Qué pasa?
—Chouji,
mira no te asustes pero tenemos un pequeño problema.
—¿Qué
ha pasado?
—Shikamaru
tiene mucha fiebre, tiene las anginas muy inflamadas.
—¿Cuánto
es mucha fiebre?
—Mira,
he conseguido bajársela un poco pero ha llegado a tener más de 40.
Tenemos que avisar a un médico, a mí la fiebre alta me asusta
bastante y esas anginas necesitan antibiótico.
—¿Cómo
está?
—Ahora
mismo duerme, pero en cuanto se le pase el efecto de la pastilla le
va a volver a subir la fiebre. Me preocupa, ha estado delirando y
todo.
—Vale,
no te agobies. Su familia tiene el mismo médico que la mía, voy a
llamar a mi madre y le diré que le avise. Enseguida estamos
contigo.
No
tardó Chouji en devolver la llamada.
—Estate
tranquila, mi madre ya está avisando al doctor.
—Dile
a Ryuko que se ponga.
—Claro,
toma Ryuko, quiere decirte algo.
—Dime.
—Ryuko,
hazme un favor, llama a Jisei y pregúntale si puede quedarse con
Kenta esta noche.
—¿Por
qué?
—Me
voy a quedar aquí esta noche, no puedo dejarle solo, seguramente le
vuelva a subir la fiebre.
—¿Pero
cómo te vas a quedar?
—No
puedo dejarle solo, yo no soy así, yo se como atenderle y lo haré.
—¿Pero
sabes lo que dices?
—Tenía
más de 40 de fiebre ¿sabes lo que es eso? ¿Y si le sube a media
noche? Está solo ¿Cómo va a cuidarse si no puede casi ni
levantarse?
—No,
claro ¿Pero tú sola?
—Yo
me quedo con ella —dijo Chouji—. ¿Por qué es eso de lo que
habláis, no? Yo estaré con ella y la ayudaré.
—Vale,
voy a llamar a Jisei, luego te cuento.
Tal
como había dicho, Ryuko llamaba a Jisei.
—¿Jisei?
—Hola,
guapa ¿Qué tal tu nueva cita "no-cita"?
—¡Que
tonta eres! Oye es que nos tienes que hacer un favor a Akane y a mí,
bueno más a Akane.
—Dalo
por hecho ¿Qué os pasa?
—Verás
es que Akane está en casa de Shikamaru.
—¿Y
que hace allí?
—Es
que Shikamaru se ha acatarrado, ellos se quedaron viendo una película
y Chouji y yo hemos llevado a Kenta y a su hermana a un parque de
bolas.
—O
sea que los liasteis todo para dejarlos en su casa a solas,
malvados.
—Que
no, que Shikamaru no se encontraba bien y no quería salir y…
—Ya,
ya, no me cuentes historias que nos conocemos.
—Bah,
lo que tu digas, el caso es que Akane me ha llamado porque Shikamaru
tiene mucha fiebre y dice que quiere pasar allí la noche.
—Ya.
A ver que yo me entere: Shikamaru tiene la temperatura alta y Akane
va a pasar la noche con él, todo muy normal ¿Pero de que vas?
—Que
no es eso, es que Shikamaru está solo, sus padres no están y tiene
40 de fiebre, la madre de Chouji va a avisar al médico y además
Chouji también se va a quedar a cuidarlo. Ya sabes como es Akane,
tiene que estar en el ajo de todo.
—Vale,
vale, no te alteres que ya lo he comprendido ¿cómo crees que iba a
pensar semejante burrada? ¿Qué quiere Akane? ¿Qué me quede con
Kenta, a que sí? No hay problema, trae al enano o mejor ¿por qué
no vienes tú también? Lo pasaremos bien, cotillearemos de Akane a
sus espaldas porque no lo vamos a poder evitar.
—Pues
ahora nos vemos.
Ryuko
colgó, el hermano de Akane tiraba de ella. Chouji caminaba en
silencio.
—No
te preocupes Chouji, Akane es muy buena cuidando enfermos.
—No,
no es eso. Es que me sabe mal que tenga que pasar allí la noche. A
lo mejor la puedo convencer.
—Uy,
no, si ha tomado una decisión ya no la bajas del burro. Además ya
lo conoces, si no está allí, asegurándose de que las cosas se
hacen como deben, no va a estar contenta.
—Es
muy cabezota.
—Ya
te digo, y manejanta. Todo lo tiene que hacer ella. Shikamaru estará
bien, ya lo verás ¿Por qué no vamos primero a mi casa y les digo a
mis padres que voy a pasar la noche con Jisei? Luego ya vas a casa de
Shikamaru y te quedas a ayudarla.
Chouji
estaba realmente intranquilo, quería saber exactamente que había
pasado y sobre todo ayudar.
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